El Gobierno de Venezuela expresó este miércoles su preocupación por el asalto al Capitolio estadounidense que han protagonizado seguidores del presidente estadounidense, Donald Trump, al considerar que hechos como este han sido promovidos por Estados Unidos en otros países.
«Con este lamentable episodio, Estados Unidos padece lo mismo que han generado en otros países con sus políticas de agresión», dice un breve comunicado de la Cancillería venezolana.
El Ejecutivo de Nicolás Maduro también «condena la polarización política y la espiral de violencia» que, a su juicio, «no hace sino reflejar la profunda crisis por la que actualmente atraviesa el sistema político y social de Estados Unidos».
Venezuela «expresa su preocupación con los hechos de violencia que se están llevando a cabo en la ciudad de Washington» y «aspira a que, en breve, cesen (estos actos de violencia) y el pueblo estadounidense pueda finalmente abrirse un nuevo camino hacia la estabilidad y la justicia social», agrega el escrito.
El comunicado ha sido compartido en la red social Twitter por Maduro, quien no agregó comentarios al respecto, aunque si ha difundido mensajes de otras personas que comparan los acontecimientos en Washington con otros hechos de la política venezolana.
En numerosas ocasiones, Maduro ha culpado a la Administración estadounidense por las protestas antigubernamentales que se han registrado en Venezuela, algunas de las cuales terminaron con manifestantes asesinados.
EL ASALTO
Trump pidió este miércoles a los manifestantes «regresar a casa en paz», pero insistió en que les «robaron unas elecciones» que ganaron «por mayoría», en alusión a la contienda celebrada en noviembre pasado, en la que perdió la reelección frente al demócrata Joe Biden, que asumirá el próximo 20 de enero.
En un vídeo publicado en Twitter más de dos horas después del asalto a la sede del Legislativo, Trump declaró: «Se tienen que ir a casa ahora, tenemos que tener paz. Tenemos que tener ley y orden (…) No queremos a nadie herido. Es un período muy difícil».
Trump contestó así a los disturbios y al asalto por parte de centenares de simpatizantes al Capitolio, que obligó a suspender la sesión de certificación de la victoria electoral de Biden, un proceso hasta hoy puramente de trámite, y a desalojar a los legisladores y al vicepresidente, Mike Pence, del Capitolio.