«Tiene que haber consecuencias para aquellos -países- que eligen no participar», ha dicho el primer ministro griego.
«Europa debe prepararse para una posible nueva ola de migrantes y refugiados«, advirtió el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, en víspera de una cumbre de la UE tensa por la ofensiva turca en Siria.
Cien días después de haber asumido en su cargo, Mitsotakis, cuyo país ha vuelto a convertirse este año en la principal puerta de entrada a Europa, subió el tono este miércoles contra los países del bloque que se niegan a recibir migrantes en su territorio.
«Tiene que haber consecuencias para aquellos que eligen no participar en este ejercicio de solidaridad europea», fustigó el primer ministro conservador en una entrevista exclusiva a la AFP.
Mitsotakis advirtió ante el Parlamento griego que pediría «sanciones específicas» contra esos países, sin mencionarlos.
Con más de 70.000 demandantes de asilo en Grecia, de los cuales unos 33.000 en las islas del Egeo cercanas a Turquía, Mitstotakis calificó de «inaceptable el enfoque de muchos países miembros (de la UE) que consideran que no es para nada su problema».
«Tenemos entre 3.000 y 4.000 menores no acompañados en Grecia. No sería muy difícil para los países europeos asumir una parte de esta carga», afirmó a la AFP.
Durante su «primer» consejo europeo, jueves y viernes en Bruselas, el líder del partido de derecha Nueva Democracia, electo el 7 de julio para suceder a la izquierda de Alexis Tsipras, prometió «plantear la cuestión del reparto de la carga» migratoria.
«No lo podemos evitar, Grecia no puede ocuparse de este problema sola«, insistió. «Si se mira el número (de migrantes) que atravesaron el mar Egeo este verano en comparación con el pasado, estamos enfrentados al problema en proporciones graves», agregó el jefe de gobierno.
En 2019, llegaron a Grecia más de 46.000 migrantes, según la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), más que en España, Italia, Malta y Chipre juntos.
Muy lejos aún del millón de refugiados que desembarcaron en su territorio en 2015, ese flujo relanza en Grecia la cuestión de la acogida de los migrantes. Los centros de acogida ya superpoblados de las islas del Egeo no podrán soportar una nueva oleada migratoria provocada por la ofensiva turca en Siria.
En ese sentido, Mitsotakis condenó con firmeza la «incursión» turca en Siria porque crea «un nuevo polo de inestabilidad que puede crear una nueva presión migratoria» en Europa, advirtió.
El «chantaje» de Erdogan
Consultado por la amenaza del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, de «abrir las puertas» a los 3,6 millones de migrantes en territorio turco, en respuesta a las críticas europeas por la ofensiva en Siria, Mitsotakis juzgó «inaceptable» que «Europa pueda ser objeto de un chantaje».
«Atravesamos una fase de grandes turbulencias y debemos frenar la tormenta«, señaló el primer ministro, quien estimó que la ejecución de esa amenaza deteriorará aún más las relaciones UE-Turquía.
«El comportamiento de Ankara vuelve aún más complicada la gestión del problema migratorio», deploró Mitsotakis. «La UE fue generosa con Turquía (en los términos del acuerdo bilateral de marzo de 2016 sobre el control de flujos migratorios). No creo que Turquía lo reconozca plenamente», agregó.
Para Mitsotakis, la cuestión migratoria «es la más difícil hoy en día» porque Grecia no puede «controlarla (…) Somos un pilar de estabilidad en una región inestable. No podemos cambiar la geografía», pero «necesitamos más apoyo de Europa», exhortó.
Reclamó en particular «tecnología» para identificar los barcos cargados de migrantes antes de que partan de las costas turcas así como reforzar el Frontex, la agencia europea de control de las fronteras externas del bloque, y una reflexión sobre lo que esta «puede y no puede hacer» en el Egeo.
El gobierno griego ya previó reenviar unos 10.000 migrantes a Turquía hasta 2020. Para lograr ese objetivo, su «prioridad número uno es acelerar los procedimientos de asilo».
«Cuando uno no es elegible para el asilo, debe ser reenviado a Turquía», tal como lo autoriza el acuerdo UE-Ankara de marzo de 2016, advirtió.