Matías Morla, quien fuera abogado y representante del legendario Diego Maradona, fue desplazado de su rol de querellante en la causa que busca esclarecer las circunstancias de la muerte del exfutbolista, informó este lunes una fuente judicial.
La resolución fue tomada por el juez de San Isidro Diego Martínez a pedido de Dalma y Gianinna, las dos hijas que Maradona tuvo con su exesposa Claudia Villafañe. Ambas están enemistadas con el letrado, con el que mantienen además una disputa por la herencia del ’10’ argentino en otra causa paralela.
En su reclamo, las hijas de Maradona contaron con el respaldo de la Fiscalía General de San Isidro (provincia de Buenos Aires) que tramita el expediente sobre la muerte del excapitán de la selección argentina.
Hasta ahora, Morla tenía acceso a ese expediente en su condición de representante legal de las hermanas de Maradona, distanciadas de sus sobrinas y que se habían presentado como querellantes.
Al resolver el apartamiento de Morla, el juez hizo un recuento de sus conversaciones y chats con el neurocirujano Leopoldo Luque, la psiquiatra Agustina Cosachov y el psicólogo Carlos Díaz, señalados como los responsables del tratamiento de salud del campeón mundial en México-1986.
En esas conversaciones producidas en los días posteriores al deceso de Maradona y que forman parte de la causa, «el conflicto o colisión de intereses aparece incontrastable» ya que está prohibido representar a dos litigantes en un juicio, según el fallo judicial.
«Deviene incontestable la absoluta incompatibilidad del asesoramiento, patrocinio o ejercicio de la representación o defensa de ambos actores procesales», apuntó el juez, quien advirtió que «la relación de conocimiento y afinidad que enlazaría a Morla y los inculpados Díaz y Luque» quedó evidenciada también en las declaraciones de los imputados.
Estas circunstancias «pueden conspirar contra los fines del procedimiento y su normal desenvolvimiento», agregó el magistrado quien pidió además que se investigue si Morla incurrió en un delito o en una falla de ética profesional.
La fiscalía de San Isidro tomó en junio declaración indagatoria a Luque, quien era médico de cabecera de Maradona, Cosachov y Díaz, además de a dos enfermeros, a su jefe y a una coordinadora de la internación domiciliaria.
Todos ellos están acusados de «homicidio simple con dolo eventual», un delito que contempla de 8 a 25 años de cárcel y que supone que alguien eligió no modificar su accionar pese a saber que puede derivar en un desenlace fatal.
Maradona murió el 25 de noviembre pasado, a los 60 años, de una crisis cardiorrespiratoria solo en su habitación de una residencia alquilada en un barrio privado en la periferia norte de Buenos Aires, donde se recuperaba luego de haber sido sometido a una cirugía para extraerle un hematoma en la cabeza.