El expresidente francés Nicolas Sarkozy fue inculpado este martes por financiamiento ilegal de su campaña electoral en 2012, anunció el fiscal de París, François Molins, en un comunicado.
Sarkozy declaró durante toda la jornada ante el juez de instrucción, por la sospecha de que sus cuentas de campaña presidencial fueron alteradas para ocultar el exceso sobre el límite legal de gastos de 22,5 millones de euros.
El expresidente (2007-2012) ya fue inculpado en julio de 2014 por corrupción y tráfico de influencia en otro caso.
Dos días después de un Consejo Nacional del partido Los Republicanos (derecha), que él preside y en el que su autoridad fue cuestionada, la inculpación pondría un nuevo escollo ante su candidatura a la elección presidencial de 2017.
Su convocación por los jueces no fue una sorpresa, ya que la investigación llevada a cabo desde febrero de 2014 sobre contratos sobre-evaluados entre su partido UMP (que tomó posteriormente el nombre de Los Republicanos) y la empresa de servicios Bygmalion hizo descubrir un complejo montaje destinado a ocultar que sus cuentas de campaña para la presidencial de 2012 sobrepasaron enormemente el monto autorizado de 22,5 millones de euros.
En total, 18,5 millones de euros habrían sido indebidamente incluidos en el presupuesto de la UMP en vez de en la campaña.
Trece personas han sido ya inculpadas por esta causa (miembros de Bygmalion, de la UMP o del equipo de campaña). Ninguna de ellas acusó directamente a Sarkozy, quien afirma que ignoraba totalmente la existencia de un sistema de falsas facturas.
No obstante, la investigación demostró que el candidato de la derecha, opuesto en esa elección al socialista François Hollande, había sido advertido por allegados sobre los riesgos de aumento de los gastos. Pese a ello, se organizaron más mítines.
– Un partido cada vez más dividido –
Sarkozy, que a los 61 años sigue sin haber digerido esa derrota, se encuentra fragilizado por varios otros casos judiciales. Sospechoso de haber tratado de obtener información de un juez sobre un caso que lo concernía, ha sido inculpado ya de “corrupción activa”, “tráfico de influencia” y “ocultamiento de violación del secreto profesional”.
En el terreno político, nada ocurre como él lo esperaba cuando decidió volver a la vida pública. Los sondeos indican que la mayoría de los franceses no desean su retorno al poder, e incluso entre los electores de derecha su cuota de confianza disminuye.
El partido UMP, convertido en LR y cuya jefatura asumió en noviembre de 2014 con el objetivo de hacer de él una maquinaria de guerra al servicio de sus ambiciones, está cada vez más dividido.
Las candidaturas a la primaria de la derecha se multiplican. Después del ex primer ministro Alain Juppé, se declararon candidatos el también ex primer ministro François Fillon, el exministro Bruno Le Maire, y el exdirigente del partido Jean-François Copé.
Copé está implicado también en el caso Bygmalion en tanto secretario general de la UMP en 2012. La revelación del escándalo provocó su dimisión en 2014. La justicia lo declaró recientemente testigo asistido, lo que él interpretó rápidamente como un reconocimiento de su inocencia.
Por su parte, Sarkozy no ha declarado todavía oficialmente su candidatura a la primaria, una etapa que lo obligaría a dejar la presidencia de LR, como lo estipulan los estatutos del partido, y ponerse al mismo nivel que sus rivales.
AFP