Si se necesitaba una prueba más de que el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, polariza la opinión, este viernes la demostraron los pasajeros de un vuelo comercial en el que, en las primeras filas, muchos se tomaron selfies junto al mandatario, mientras desde las últimas fluían los abucheos.
De gira por el sureño estado de Espírito Santo para la inauguración de obras de infraestructura en un aeropuerto, el presidente de extrema derecha hizo una aparición sorpresa en la entrada de un avión comercial a punto de despegar.
Los pasajeros que viajaban en los asientos delanteros y la tripulación eran todo sonrisas, y muchos pedían tomarse fotos con un presidente que aceptaba de buena gana. Videos que mostraban imágenes de ese tipo fueron publicados en la cuenta oficial del presidente en Twitter.
Pero en otros videos publicados en las redes sociales, se ve a los pasajeros abucheando al presidente, gritando «¡Fuera, Bolsonaro!» y «¡Loco genocida!»
El presidente ha sido acusado de «genocidio» en los últimos meses por sus opositores por su gestión considerada irresponsable de la pandemia de covid-19, que ha dejado más de 480.000 muertos en Brasil, el número más elevado de fallecidos en el mundo después de Estados Unidos.
Respondiendo a sus detractores, Bolsonaro se quitó el tapabocas que portaba y lanzó: «Esta gente que grita ‘Fuera, Bolsonaro’ debería viajar en burro».
Medios brasileños informaron que el presidente también se quitó la mascarilla protectora en el aeropuerto, en violación de la normativa sanitaria vigente.
Preguntado sobre este incidente que rápidamente se convirtió en el más comentado en Twitter en Brasil bajo el hashtag «ForaBolsonaro», la oficina de la presidencia no reaccionó de inmediato.
Bolsonaro ha criticado reiteradamente el uso obligatorio de mascarillas y las medidas de confinamiento impuestas por gobernadores y alcaldes de diversas regiones de su país para frenar la epidemia. También ha elogiado constantemente los méritos de la ineficaz cloroquina.
La tasa de popularidad del presidente ha caído drásticamente a medida que ha aumentado el número de muertos por el coronavirus. Sus oponentes convocaron a manifestaciones el domingo, día del partido inaugural de la Copa América de fútbol.
Bolsonaro recibió con los brazos abiertos este torneo luego de las deserciones de Argentina y Colombia, también muy afectados por la pandemia, y pese a las advertencias de los epidemiólogos de la inminente llegada de una tercera ola del virus.