Adam Isacson, funcionario de Wola, una influyente organización en Washington (Estados Unidos) que promueve los derechos humanos en el continente, reconoció que fumigar los cultivos de uso ilícito en Colombia con glifosato no es un remedio definitivo.
«No es un remedio fumigar, porque la fumigación no logro ningún resultado permanente. Una tercera opción (la otra es la erradicación manual de cultivos) es gobernar los territorios donde hay siembra de coca. Cuando hay presencia estatal y servicios básico, no hay coca«, indicó.
Isacson también dijo que «es difícil hacer llegar al Estado en muchas zonas. En el corto plazo, a pesar de que no es la mejor opción, sí toca fumigar porque rinde resultados en el corto plazo«.
Aseguró que no ve «una descertificación por parte del gobierno de Estados Unidos a Colombia por el aumento de los cultivos de coca (2018-2019) porque en el informe el Departamento de Estado de Estados Unidos dice muy fuertemente que Colombia está haciendo mucho. El país tiene muchos hombres arriesgando sus vidas después para erradicar los cultivos de uso ilícito».
Sin embargo, dijo que «hay que reconocer que Estados Unidos está presionando para que Colombia fumigue los cultivos y la respuesta de su país ha sido que sí, pero que debe acatar lo dicho por la Corte Constitucional».
En cuanto a por qué se cree que los cultivos de coca esté aumentando, señaló que el precio de este producto está aumentando a nivel mundial y eso genera que más que resiembra hayan nuevos lugares en Colombia en donde esté el cultivo.
«Es posible que esté apareciendo en nuevos lugares. Yo supongo que, en la mayoría de hectáreas, se esté sembrando en otras partes pero en los mismos municipios como Tumaco y zonas como el Cauca, Catatumbo y Putumayo«, puntualizó.