A través del decreto 0004, el Gobierno del presidente, Gustavo Petro, ratificó la decisión tomada de suspender el cese de fuego bilateral con la guerrilla del ELN y retomar las acciones militares y operativos policiales contra esa estructura, entre tanto no se logre un acuerdo en esa materia.
“Suspender el cese al Fuego Bilateral y Temporal de carácter Nacional (CFBTN), entre el Gobierno nacional y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) ordenado mediante el Decreto 2657 del 31 de diciembre de 2022, hasta tanto sean aprobados los protocolos que se suscriban entre el Gobierno nacional y el ELN, en desarrollo de la Mesa de Diálogo entre los representantes autorizados del Gobierno nacional con miembros representantes del ELN”, señala el decreto expedido el pasado 4 de enero.
Mientras esté suspendido el cese de fuego entre el Gobierno nacional y el ELN, “ordenar la reanudación de operaciones militares, ofensivas y operativos policiales en contra de los miembros del ELN”, añade la decisión.
Así mismo, se continuará con el cumplimiento de la función y obligación constitucional y legal de la Fuerza Pública de “preservar la integridad del territorio nacional, el orden constitucional y legal y asegurar las condiciones necesarias para el ejercicio de los derechos y libertades públicas en todo el territorio nacional”.
Dicha determinación, se conoce días después del anuncio del Gobierno de suspender el decreto expedido el pasado 31 de diciembre por el mismo presidente Gustavo Petro en el que se daba a conocer que el Estado y el ELN iniciarían un cese de hostilidades bilateralmente.
En medio de ese anuncio, la guerrilla señaló que desconocía dicho acuerdo y que un cese de fuego solo debía figurar en la mesa de diálogo entre ambas partes, cuyo primer ciclo ya finalizó en Caracas, Venezuela.
Tras esa determinación, el Gobierno del presidente Gustavo Petro, a través del jefe negociador con esa guerrilla, Otty Patiño, pidieron una reunión urgente a la mesa de diálogo con la guerrilla, cuyo encuentro se debe realizar en Caracas, antes de retomar un segundo ciclo en México, cuyo país albergaría los diálogos desde febrero.