El Gobierno y la oposición de Venezuela acordaron establecer una mesa de trabajo permanente para intentar resolver la crisis política, sin perspectivas por ahora de una nueva elección presidencial, el objetivo al que apuntan los adversarios de Nicolás Maduro.
Los delegados presidenciales y del líder opositor Juan Guaidó culminaron así tres días de diálogos en Barbados, bajo la mediación de Noruega, que auspicia una solución negociada desde mediados de mayo.
«Como parte de este proceso, se ha instalado una mesa que trabajará de manera continua y expedita, con el fin de llegar a una solución acordada y en el marco de las posibilidades que ofrece la Constitución», señaló el ministerio noruego de Asuntos Exteriores en un comunicado.
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«Está previsto que las partes realicen consultas para poder avanzar en la negociación», añadió el texto, sin detallar fechas de nuevos encuentros.
El Gobierno europeo les pidió a oficialistas y opositores tomar la «máxima precaución en sus comentarios y declaraciones respecto al proceso».
Aunque Maduro adelantó que se discuten seis puntos, no los ha detallado y el hermetismo domina.
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Su principal negociador y ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, calificó la cita de Barbados como un «exitoso intercambio», al anunciar su conclusión la noche del miércoles.
Por su parte, el representante de Guaidó, Stalin González, afirmó en Twitter quelos venezolanos necesitan «respuestas y resultados», y anunció que la delegación opositora «hará consultas para avanzar y poner fin al sufrimiento».
AFP