El presidente Sebastián Piñera consideró que el «quiebre de la democracia del año 1973 constituyó un gran fracaso».
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, reconoció este miércoles que el «quiebre de la democracia» con el golpe de Estado de Augusto Pinochet hace 46 años supuso «un gran fracaso» para toda una generación de chilenos.
El mandatario realizó un discurso que no estaba previsto en el Palacio de La Moneda, sede del Ejecutivo chileno, en el que llamó a reflexionar sobre las causas y las consecuencias de lo ocurrido el 11 de septiembre de 1973, cuando Pinochet derrocó el Gobierno del presidente Salvador Allende.
«Estoy seguro que la inmensa mayoría de los chilenos aprendió de los errores del pasado y tienen un firme propósito de no repetirlos en el futuro», afirmó Piñera durante la conmemoración del 46 aniversario del inicio de la dictadura chilena, que duró hasta 1990.
El presidente indicó que existen dos opciones para la sociedad chilena tras los «trascendentes» hechos ocurridos ese día, cuando las Fuerzas Armadas se rebelaron junto a Pinochet y bombardearon La Moneda mientras Allende resistió en el interior hasta su muerte.
Piñera dijo que o bien se siguen «enfatizando esas diferencias y profundizando las divisiones entre los chilenos» o, por otro lado, «aprender» de la historia para «iluminar los caminos del futuro».
«Hay que aprender de las lecciones y enseñanzas que los errores del pasado nos han entregado, y actuar siempre con total apego y respeto a los valores de la democracia, el valor de nuestras instituciones, el respeto a los derechos humanos y espíritu de colaboración, que viven en el alma de nuestros ciudadanos», agregó.
Horas antes de la aparición pública de Piñera, diversos representante políticos de la oposición al Gobierno, entre ellos miembros del Partido Socialista (PS) y el Partido por la Democracia (PPD), homenajearon a Allende en la puerta Morandé 80, en un costado de la sede de Gobierno.
Por ese lugar, Allende solía acceder y salir del Palacio de La Moneda, y por ella fue sacado su cadáver el día del golpe, tras la destrucción del inmueble debido a los bombardeos, después de que el mandatario rechazara rendirse.
Cuando La Moneda fue reconstruida, aún en dictadura, la puerta desapareció, pero el presidente Ricardo Lagos (2000-2006) dispuso su reconstrucción en 2003.
En ese lugar, este miércoles se han depositado claveles rojos en memoria del expresidente socialista, una tradición que cada año reúne a políticos y representantes sociales y de agrupaciones de derechos humanos frente a este lugar emblemático.
Desde allí, recorrieron unos metros más hasta la plaza de la Constitución, donde se erige una estatua de Allende y donde más claveles y una corona de flores fueron dejados a los pies del monumento como gesto de respeto a exmandatario.
Su nieta, la diputada socialista Maya Fernández, enfatizó la necesidad de no olvidar para que el recuerdo de Allende y de todas las víctimas de la dictadura posterior al golpe de Estado perdure.
«Nunca hay que olvidar, creo que queda mucho por hacer todavía en materia de justicia y por tanto es importante no olvidar y recordar, estar aquí por ellos, no solo por Salvador Allende. Claramente era el líder de todos ellos, pero fueron muchos los que dieron su vida por un Chile más justo y solidario«, explicó Fernández.