Un hombre que había sido declarado con muerte cerebral por los médicos, mostró signos de actividad neurológica momentos antes de que sus órganos estuvieran a punto de ser extraídos para ser donados.
Un técnico de piano y pastor, identificado como Ryan Marlow, pasó dos semanas en el Centro Médico Atrium Health Wake Forest Bapist de Carolina del Norte, (EE. UU.), sufriendo de listeria cuando los médicos lo declararon «clínicamente muerto» el pasado 27 de agosto.
La condición médica del padre de familia de 37 años, con tres hijos, había empeorado progresivamente luego de sufrir una inflamación en el cerebro.
Dicha situación, lo habría llevado a presentar una «muerte neurológica», según dio a conocer su esposa Megan en un video que publicó en redes sociales mientras documentaba la lamentable historia.
Posteriormente, le informaron a Megan que Ryan (su esposo) era un donante de órganos, y que lo mantendrían con soporte vital mientras se ubicaban a los receptores de sus pulmones, corazón e hígado.
Frente a esto, su familia fijó una fecha para despedirse del hombre, el pasado 30 de agosto en el hospital de Winston-Salem (EE. UU.), donde había sido trasladado.
Ese día, su esposa descubrió que no sería fácil despedirse del hombre con el que había compartido gran parte de su vida, pero repentinamente, paso algo que cambiaría el rumbo de la triste despedida.
“Mi corazón no podía soportarlo, pero cuando llego al hospital, una sobrina me dijo que Ryan había movido los pies cuando le mostraron videos de sus hijos”, indicó Megan.
Seguidamente, un médico le dijo que una tomografía computarizada había mostrado signos de actividad cerebral.
“Debido a su rara circunstancia, llamaron a un panel de expertos y descubrieron que habían cometido un error y que mi esposo, de hecho, no había muerto. Literalmente, el equipo (de extracción de órganos) estaba esperando allí para llevárselo (…) Le dije a la enfermera ‘detenga todo ahora», agregó.
Sin embargo, a Megan le dijeron que aún sufría una lesión traumática en el tronco encefálico y que estaba en estado crítico, en coma profundo. Para resumir, Ryan no tenía muerte cerebral.
Desde el repentino milagro, la condición médica de Ryan continúa siendo precaria, pero progresivamente ha mostrado signos de evolución, un ritmo cardíaco elevado y espasmos.
La listeria, generalmente es causada por comer alimentos contaminados y mata a unas 1.600 personas al año en los Estados Unidos.