El hombre que confesó haber degollado a otro de 33 años a quien no conocía el año pasado en Turín (norte de Italia) «porque parecía demasiado feliz», fue condenado hoy a 30 años de prisión, la pena máxima que solicitaba la fiscalía.
Los hechos ocurrieron el 23 de febrero de 2019, cuando Stefano Leo, un italiano empleado en una tienda de ropa, se dirigía a su trabajo por el paseo junto al río Po en Turín y sin mediar palabra fue asesinado con un cuchillo por Said Mechaquat, a quien no conocía.
«He decidido, entre todas las personas que pasaban, matar a este joven porque parecía demasiado feliz«, confesó a los carabineros el día siguiente al crimen Mechaquat, de 27 años, italiano nacido en Marruecos.
Los fiscales habían pedido la pena máxima ya que el autor del crimen nunca se había arrepentido de sus actos, mientras que el abogado de Mechaquat había solicitado que se reconociese a su defendido cierto grado de enfermedad mental, según recogen los medios locales.
«Aquella mañana decidí que tenía que matar a alguien. Compré cuchillos, me fui al paseo y esperé. Cuando vi a aquel chico decidí que no podía soportar su aire feliz», dijo en su confesión el joven, seguido por los servicios sociales y con antecedentes penales por maltrato a su exnovia y a su hijo.
En la lectura de la sentencia se encontraba la madre de la víctima, que se declaró satisfecha porque «la búsqueda de justicia por parte de la familia encontró resultado».
«Siempre confiamos y la sentencia nos da la razón, la Justicia ha seguido su camino», comentó a los medios Mariagrazia Leo.
La familia había mostrado tiempo atrás su indignación porque Mechaquat debía estar en prisión el día que asesinó a Leo, ya que sobre él pesaba una sentencia de año y medio de cárcel por maltrato a su familia, pero un error administrativo en los tribunales permitió que siguiera en libertad.
El homicidio saltó a la esfera pública después de que el entonces ministro de Interior, el ultraderechista Matteo Salvini, tuiteara sobre el caso pidiendo justicia para la familia de Stefano Leo.
El actual ministro de Justicia, Alfonso Bonafede, llamó personalmente al padre de la víctima para pedir perdón por los errores cometidos en el caso, aunque Maurizio Leo siguió reclamando una disculpa a los responsables directos de que el asesino de su hijo no estuviera en prisión por la condena anterior.