Alrededor del mundo se han visto muchos casos de honestidad de muchas personas, que, a pesar de necesitar dinero, lo encuentran y suelen devolverlo a sus dueños.
Así como sucedió algunos años en el departamento de Antioquia, donde un joven decidió devolver $10.000.000 que había encontrado en una calle del municipio de Jardín, sin percatarse que esta gran suma de dinero pertenecía a uno de sus compañeros de trabajo.
Así las cosas, nuevamente una de estas historias se hizo viral y ya le da la vuelta al mundo, luego de que un hombre que se desempeña en servicios generales, encontrara cerca de 50.000 libras, lo que equivale a unos 300 millones de pesos, al interior de una papelera en uno de los baños de un edificio ubicado en Melbourne (Australia).
Según el medio internacional The Sun, mencionó que el hombre que encontró el dinero, fue identificado como Chamindu Amarsinghe, un joven estudiante, que ejerce en el sector de limpieza para poder cumplir con sus obligaciones universitarias.
Asimismo, se pudo conocer que una vez Amarsinghe vio la gran cantidad de billetes botados en la papelera, no dudó en acudir a sus supervisores para que se percataran del hallazgo que había hecho.
“Pensé que alguien jugaba una broma porque había demasiada plata para contarla. Una vez toqué los billetes, todos amarillos y verdes, me pude dar cuenta que era dinero real”, dijo Amarsinghe.
Minutos posteriores, autoridades acudieron al edificio junto con un plomero, quienes procedieron a retirar el dinero. Ante esto, el hombre aseveró que “No sabía qué diablos estaban haciendo ahí esos billetes. Alguien planeó dejarlo allí y después volver a buscarlo. No quería meterme en problemas y por eso, tome la decisión correcta”.
Al transcurrir varios días, la Policía local inició una ardua investigación. Sin embargo, no pudieron dar con el paradero de la persona que dejó el dinero en el baño. A pesar de que tenían un sospechoso que fue acusado de robo, después fue liberado por no encontrar pruebas en su contra.
Nadie se acercó a reclamar el dinero, y ante esto, un magistrado de la ciudad australiana le notificó al joven que se quedaría con 400.000 libras, y que el dinero restante iba a ser entregado al Estado.
Tras esto, el joven dijo que fue una completa “bendición” y que donará gran parte de este dinero a fundación para personas discapacitadas y a un templo budista.