El 1 de noviembre de 2023 entró en vigencia en Colombia el impuesto saludable, una medida tributaria que grava algunos alimentos.
El impuesto se aplica de forma progresiva, con un aumento del 10 % en lo que resta de 2023, un 15% en 2024 y un 20% en 2025.
Este aumento de precios ha sido criticado por la industria, al entender que su aplicación lo único que acaba es afectando el poder adquisitivo de los consumidores.
En el Congreso de la República se han hecho una serie de reclamos alertando que lo único que se logrará con el tan mencionado impuesto saludable es incrementar en mucho el costo de vida de los ciudadanos.
La representante Saray Robayo Bechara, vocera del Partido de La U, dijo que este tributo que se empezó a cobrar en las últimas horas es un golpe al bolsillo de los colombianos.
Por eso, dijo que, en vez de seguir aumentando el costo de vida, se debe pensar más en crear planes y programas adecuados para que los ciudadanos conozcan más sobre los alimentos que son buenos o no para su salud.
“El 1 de noviembre se inició el cobro de impuestos saludables. Como lo he venido advirtiendo, este tributo afectará a los más de 550.000 tenderos e incrementará el costo de vida en 0,21 % golpeando el bolsillo de las personas de menos recursos. El punto no es satanizar los alimentos, sino trabajar en que las personas tomen sus decisiones con conocimiento”, recalcó.
La efectividad del impuesto saludable en Colombia aún es una incógnita en Colombia, frente al impacto en la salud pública.
Fuente: Sistema Integrado Digital – RCN Radio