La pandemia de la COVID-19 ha repercutido en una disminución de las denuncias de abusos sexuales a menores y en un aumento del intercambio de material de explotación infantil, según alertó Interpol este lunes.
En un informe, la organización policial internacional destaca que el cierre de escuelas y el aumento del tiempo que los niños pasan en línea han influido en la explotación y el abuso sexual en todo el mundo.
A esto se suma un acceso limitado a los servicios de apoyo y al personal de atención infantil, el cierre de tribunales, que ha provocado retrasos en la tramitación de casos abiertos, y una menor eficiencia de los organismos de represión y prevención por las limitaciones técnicas del teletrabajo, según Interpol.
El organismo, con sede en Lyon, Francia, da algunas pautas para luchar contra esta amenaza, como la creación de campañas de prevención y concentración para víctimas y tutores en plataformas de juego, redes sociales y servicios de mensajería en línea.
Recomienda también asegurar el mantenimiento de las líneas telefónicas de emergencia y propone buscar formas alternativas de interponer denuncias, por ejemplo a través de servicios de mensajes de texto gratuitos.
El secretario general de Interpol, Jürgen Stock, señaló que este informe muestra solo «la punta de un iceberg» de un problema creciente y recordó que cada foto y vídeo de abuso sexual infantil es una «prueba de un delito real que involucra a niños reales».
«Debemos hacer más para asegurarnos de que los funcionarios que investigan estos horribles crímenes tengan el apoyo que necesitan. Ahí es donde la cooperación a través de Interpol desempeña un papel vital en la lucha contra este crimen transnacional«, añadió Stock.