La Antártida sigue dando sorpresas al mundo, evidenciando maravillas desconocidas que han salido a la luz por el calentamiento global.
Y es que aunque las consecuencias del cambio climático son un tema que con el paso de los años genera mayor preocupación en el planeta, por los efectos negativos que deja para los humanos y el medio ambiente, también ha sido la oportunidad de descubrir cosas asombrosas como una nueva isla.
Recientemente investigadores de Estados Unidos anunciaron un nuevo hallazgo en la Antártida que consiste en una isla, producto del deshielo en este continente.
Los científicos se encontraban en una misión cerca cuando, según indican, de casualidad hicieron el descubrimiento de la isla a la que bautizaron bajo el nombre de Sif, que hace referencia a una diosa nórdica de la tierra.
Lo primero que indicaron es que presenta una superficie en su mayoría formada por una clase de roca llamada granito. Así mismo, los investigadores determinaron que cuenta con una espesura de más de 350 metros de largo.
Por el momento, indicaron que no hay avistamiento de otras rocas de afloramiento, por lo menos a 70 kilómetros, en ninguna dirección.
Esta isla permaneció durante el tiempo sepultada por el hielo que caracteriza el continente, actualmente afectado por el cambio climático que lo tiene en un acelerado derretimiento de sus glaciares.
Peter Neff, un miembro de la expedición que descubrió la isla, creó un modelo a partir de imágenes satelitales de Google para recrear cómo con el paso del tiempo ha ido desapareciendo el hielo hasta dejar en evidencia el nuevo hallazgo.
Las imágenes han impactado a cientos de usuarios en redes quienes han expresado no solo el asombro por el descubrimiento de la isla, sino también lamentando cómo se ha acabado el hielo en los últimos años.
Esta isla sale a flote luego de que semanas atrás la Antártida llamara la atención de los habitantes en la base ucraniana, al evidenciar lo que llamaron «nieve rosa o sandía«.
Este fenómeno fue explicado por científicos quienes aclararon que sucede por la floración de miles de algas unicelulares llamadas Chlamydomonas nivalis, las cuales contienen una carga de caroteno rojo que hace parte de su defensa contra la radiación ultravioleta.
Pese a ser un sorprendente fenómeno que también captó la atención en redes sociales, no se trató de algo nuevo para los científicos, quienes ya conocían de qué se trataba.