Israel descartó este lunes una tregua para permitir la entrada de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza, donde un millón de palestinos se hacinaba en el sur del enclave, huyendo de los bombardeos israelíes en represalia al sangriento ataque de Hamás.
«Los civiles no deberían sufrir las atrocidades» del movimiento islamista palestino, dijo el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, de regreso el lunes a Israel, tras visitar varios países de la región, en plena guerra entre Israel y Hamás, que ha dejado miles de muertos.
El enfrentamiento se desencadenó tras el sangriento ataque del sábado 7 de octubre contra territorio israelí, en el que murieron más de 1.400 personas, muchas de ellas civiles. El grupo islamista secuestró además a 199 personas, según el ejército israelí.
En respuesta, Israel prometió «aniquilar» a Hamás, lanzó una intensa campaña de bombardeos en la Franja de Gaza y pidió a los civiles que huyeran hacia el sur. Al menos 2.750 personas perdieron la vida hasta ahora, incluidos cientos de niños, según las autoridades locales del enclave.
El ejército israelí indicó el lunes que «se abstendría» de atacar los corredores de evacuación que conectan el norte con el sur del territorio. Pero tanto Israel como Hamás desmintieron las informaciones que daban cuenta de una tregua. «No hay un alto el fuego ni entrada de ayuda humanitaria en Gaza», afirmó la oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
El Consejo de Seguridad de la ONU, presidido este mes por Brasil, se reunirá a las 22H00 GMT para pronunciarse sobre el conflicto.
Quedan 24 horas de agua
Ante los ataques aéreos y tras los llamamientos del ejército a evacuar el norte de la Franja, más de un millón de personas se vieron desplazadas en una semana en este asediado pequeño territorio de 362 km2, donde viven hacinados 2,4 millones de palestinos.
Con pocas pertenencias, en motocicletas, automóviles, remolques o a lomo de burro, los palestinos llevan varios días huyendo hacia el sur.
«Sin electricidad, sin agua, sin internet, siento que estoy perdiendo mi humanidad», dice Mona Abdel Hamid, de 55 años, que fue hacia el paso de Rafah, en la frontera con Egipto.
En Gaza, asediada desde el 9 de octubre por Israel, se está produciendo una «catástrofe humanitaria sin precedentes», dijo la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA).
El jefe regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Ahmed Al Mandhari, aleró este lunes que apenas «quedan 24 horas de agua, electricidad y carburante».
Si no entra ayuda humanitaria, los médicos solo podrán «preparar los certificados de defunción», sentenció.
En el sur del enclave, aunque la situación sigue siendo muy difícil, varias localidades empezaron a recibir agua, tras días de privación de suministro por parte de Israel.
«Todos los días pensamos en cómo ahorrar agua. Si uno se ducha, no bebe agua», lamenta Asem, un residente de Jan Yunis, que no quiso dar su apellido.
En el paso fronterizo de Rafah, entre Egipto y Gaza, la ayuda humanitaria llegó desde varios países pero sigue sin poder entrar en territorio palestino.
Rafah, el único punto de paso entre Gaza y el exterior que no está bajo control israelí, permanece cerrado y fue bombardeado varias veces por los cazas israelíes.
Cientos de gazatíes, muchos con pasaportes extranjeros, esperaban en el paso para poder pasar, pensando que serían prioritarios.
«Estamos en la frontera desde hace tres días», dice Ahmad Al-Qassas, de nacionalidad alemana.
Un grave error
El ejército israelí ha confirmado que se está preparando para una «próxima etapa» de su operación de represalia contra Hamás, catalogado como un grupo terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea, y responsable del ataque más mortífero en su territorio desde la creación de Israel en 1948.
«Estamos al comienzo de operaciones militares a gran escala en la ciudad de Gaza», ubicada en el norte del territorio, dijo el lunes el portavoz del ejército, Jonathan Conricus. «Los civiles no estarían seguros si se quedaran aquí», agregó.
Esta posible ofensiva preocupa a la comunidad internacional. En El Cairo, Blinken aseguró que los aliados árabes de Estados Unidos no quiere que se extienda el conflicto.
El ministro iraní de Relaciones Exteriores, Hossein Amir Abdollahian, alertó, sin embargo, que el tiempo «para encontrar soluciones políticas» que impidan una propagación del conflicto se estaba agotando.
El presidente estadounidense Joe Biden advirtió que una nueva ocupación por parte de Israel de la Franja de Gaza sería un «grave error». Israel ocupó Gaza desde la Guerra de los Seis Días en 1967 hasta 2005.
La Liga Árabe exigió el cese de las «operaciones militares» en Gaza y la creación de corredores humanitarios. Y Rusia volvió a pedir el lunes un alto el fuego y negociaciones para encontrar una «solución política», según un asesor de Vladímir Putin.
La cumbre en Egipto para abordar la crisis tendrá lugar el sábado.
En el décimo día de la guerra, las sirenas de alerta resonaron esta tarde en Jerusalén y Tel Aviv, por los disparos lanzados desde Gaza.
La tensión también es muy alta en la frontera norte de Israel con Líbano. Israel comenzó a evacuar a los residentes a lo largo de esta frontera el lunes, donde los enfrentamientos se han multiplicado en los últimos días entre el movimiento Hezbolá proiraní, aliado de Hamás, y el ejército israelí.
El domingo, un civil israelí murió y varios resultaron heridos en Shtula, en el norte de Israel, por un ataque con misiles de Hezbolá. El ejército israelí respondió atacando la infraestructura militar del movimiento chiita libanés.
Fuente: Agencia AFP – RCN Radio