El juez 53 Penal Municipal, con Función de Control de Garantías de Bogotá, se conmovió al conocer los hechos de los que fue víctima un bebé de 22 meses de nacido que fue torturado por su padrastro, un hombre identificado como Óscar Eduardo Orjuela Pinzón, de 19 años, quien en medio de la audiencia, reconoció el crimen.
El material probatorio presentado por el fiscal 58 local adscrito a la Unidad de Vida e Integridad Personal, fue tan contundente que, al leer el dictamen del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses, el juez lo interrumpió para evitar conocer más detalles de los vejámenes, incluso, de tipo sexual, a los que fue sometido el niño.
Y es que, según explicó durante la audiencia el delegado de la Fiscalía, el niño padeció golpes y torturas que quedaron registradas en hematomas, abrasiones, quemaduras y fracturas, desde el cerebro hasta los pies.
El desgarrador informe de la necropsia al cuerpo del pequeño, evidenció lo que ocurrió entre el 20 y el 25 de enero en la casa ubicada en el barrio Altos del Poblado, localidad de San Cristóbal, en Bogotá.
La investigación indica que las torturas del padrastro a este pequeño ocurrían mientras que Alexis Andrea Contreras Conde, madre de la víctima, salía a trabajar.
RCN Radio conoció que la mujer distinguía hace cuatro años al individuo y tenían una relación sentimental desde hace cuatro meses y hace 30 días vivían juntos.
Por estos hechos la Fiscalía le imputó al hombre el delito de homicidio agravado en concurso heterogéneo con violencia intrafamiliar agravada. El sujeto aceptó los cargos sin ninguna muestra de arrepentimiento.
Este tipo de hechos en los que las víctimas son menores de edad no tienen ningún tipo de rebaja, descuentos o beneficios ante la ley.
Al imponer la medida de aseguramiento con detención preventiva de la libertad, en la cárcel La Modelo de Bogotá, el juez se mostró conmovido.
“Créame que la cantidad de elementos probatorios que tiene la Fiscalía en este caso, tanto medios de pruebas, como indicios, son de tal entidad que el diagnóstico suyo es negativo, no solamente en atención a la calidad la víctima sino a ese trasegar inhumano (…) no entiendo cómo usted tiene la capacidad para que desde el lunes, martes, miércoles, jueves, viernes y sábado de golpe en golpe acabar con la vida de un menor”, aseguró.
Otro de sus argumentos fue “estoy convencido que usted es altamente probable autor de esta conducta punible y esto lo digo basado en la epicrisis y en el concepto de Medicina Legal, que ni quisiera quise que leyeran, porque no comprendo cómo alguien puede hacerle eso a un menor, la verdad me quedo sin palabras (…)”.
El juez aseguró que Óscar Eduardo Orjuela Pinzón es prácticamente un segundo Luis Alfredo Garavito, el hombre que asesinó a más de un centenar de niños en Colombia.
“El juicio de probabilidad y de prevención es tan alto como en el caso de un hombre que acabó con la vida de 147 niños, usted está muy parecido a él”, dijo el juez.
La muerte del menor ocurrió el 25 de enero pasado, en la misma fecha en el que Garavito, conmemora su natalicio.
“La urgencia en este caso es abismal; jamás un juez de control de garantías podría permitir que una persona con este tipo de circunstancias, que son atribuibles de forma exclusiva a usted (…), volviera ser parte de la sociedad, por lo menos no en un futuro próximo”, dijo.
El juez con la voz entre cortada y visiblemente afectado, aseguró que “no me imagino las cosas que tuvo que haber sufrido ese pobre niño, en sus manos; estos casos son muy difíciles. Y créame que si me conmueve a mí que llevó más de 10 años, cómo serán las otras personas. No entiendo cómo pudo ser esa pobre víctima”.
El abogado Javier Gildardo Vaquero Pachón, defensor de oficio del sindicado, también rompió en llanto e, incluso, tuvo que tomar agua para continuar durante la diligencia.
El funcionario judicial en medio de las lágrimas expresó “en este caso el juicio de necesidad es tan grande que ni siquiera cabe el de suficiencia, no hay una contradicción contra las pruebas, solamente ver esas imágenes dejan destrozada a cualquier persona parece que a usted no, pero al resto sí”.
RCN Radio conoció que, Óscar Eduardo Orjuela Pinzón, pretendió borrar el rastro de la sangre de la víctima, sin embargo la Fiscalía con el reactivo Bluestar Forensic logró descubrir prendas de vestir, paredes y lugares de la casa que tenían las huellas del crimen.
El juez finalmente aseguró que esta ha sido la audiencia más difícil que ha tenido que presidir desde que inició su carrera en la rama judicial y pidió que se haga justicia con el ‘monstruo que se disfrazó de padrastro’.