Llegaba la noche del 5 de junio del 2002, cuando la familia Smart se alistaba para dormir. El padre de la casa, Edward verificó que las puertas estuvieran cerradas y sus hijos acostados, aunque no activó la alarma de la vivienda, ya que jamás se imaginó lo que estaba por ocurrir.
Sobre las 2 de la madrugad, Elizabeth Smart, quien dormía en la misma habitación con su hermana de 9 años, se despertó al sentir una presión su garganta. Al volver en sí, tenía un cuchillo en su cuello, que sostenía un hombre completamente vestido de negro.
La preadolescente de 14 años fue raptada de su casa en Salt Lake City, Utah, y estuvo durante nueve meses cautiva. La hermana menor, logró ver la escena, pues se despertó en ese momento, pero simulo estar dormida por el miedo que le causó la escena, sin embargo, la voz del sujeto que había amenazado a Elizabeth y que se la había llevado le parecía familiar.
Se trataba de un hombre, que al parecer Elizabeth conocía. El sujeto, en compañía de una mujer, se llevaron a vivir con ellos. La pareja la encadenó a un árbol, la alimentaban con basura, la emborrachaban y la violaban.
El caso rápidamente captó el interés de cientos de personas. ¿Cómo se la habrían podido llevar de su propio hogar?
Al conocerse el hecho, policías, funcionarios del FBI y cientos de voluntarios encabezaron la búsqueda. La familia ofreció una recompensa de 250 mil dólares y la Policía 10 mil dólares más. Este caso empezó a circular por radio y televisión.
Abriendo las puertas al mal
Lois Smart, la madre de Elizabeth, recordó que en otoño de 2001, mientras paseaba por el centro de la ciudad con su hija, vio a un hombre pidiendo limosna. Aunque estaba bien vestido, ella se conmovió, le dio 5 dólares y le ofreció trabajo, ya que tenía algunas reparaciones pendientes con el techo de su casa.
El hombre que decía llamarse Emmanuel, aceptó la ayuda de la mujer y realizó los trabajos, mientras fijó su mirada en Elizabeth, la hermana mayor.
Cuando iba de camino hacia el lugar en el que pasaría su cautiverio, Elizabeth reconoció a su secuestrador, se trataba de aquel méndigo al que su madre había ayudado. Al llegar al sitio, una mujer los estaba esperando, se trataba de Wanda Barzee, quien horas después lideró una ceremonia en la que «casó» a Elizabeth con su captor.
El sujeto, que argumentaba tener “revelaciones religiosas” en las que su destino era tener hasta 350 esposas, empezó a violar a Elizabeth, incluso hasta cuatro veces al día.
“Recuerdo cuando me obligaban a tomar alcohol. Una vez me hicieron tomar tanto que vomité, perdí el conocimiento, y ellos me dejaron tirada allí toda la noche, y cuando me desperté a la mañana siguiente todavía tenía la cara y el pelo pegados al suelo, y se reían, y ella se reía tanto como él, si no más que él. La sensación que ella irradiaba: era oscura, malvada”, contó tiempo después la joven.
Elizabeth Smart fue rescatada el 12 de marzo de 2003.
Es de destacar que, el 8 de marzo de 2006 la víctima habló en el Congreso de los Estados Unidos para apoyar una ley sobre los predadores sexuales y la instrumentación del Alerta AMBER. Este es un protocolo que se instrumenta hoy cuando hay un menor desaparecido.
Elizabeth se ha vuelto una abanderada de esa causa. En 2018 escribió un libro que tituló There ‘s Hope: Healing, Moving Forward, and Never Giving Up (Hay esperanza: sanando, moviéndome hacia adelante y jamás dándome por vencida).