Naciones Unidas consideró “imperdonable” el ataque por parte del régimen a un hospital en el sector controlado por los rebeldes en Alepo (norte de Siria), donde la muerte de 53 civiles convirtió la jornada del jueves en la más mortífera en la última semana.
“Debe haber responsables para estos crímenes”, aseguró en un comunicado el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, quien recordó que “los ataques a civiles constituyen violaciones inaceptables a las leyes humanitarias”.
Ban condenó los “recientes bombardeos ciegos por partes de fuerzas gubernamentales y los grupos de oposición y las prácticas terroristas empleadas por grupos extremistas”, al tiempo que llamó a las partes beligerantes en Siria a“comprometerse nuevamente y con urgencia en el cese de las hostilidades”.
Estados Unidos mostró su indignación por “los ataques aéreos de ayer (miércoles) en Alepo en el hospital Al Quds, administrado por Médicos Sin Fronteras y el Comité Internacional de la Cruz Roja, en los que murieron decenas de personas, incluyendo niños, pacientes y personal médico”.
Médicos Sin Fronteras (MSF) condenó el ataque contra el “principal centro pediátrico de la región”. “Los hospitales no son un blanco”, dijo el grupo en Twitter, utilizando la etiqueta en inglés #notatarget.
“Rusia tiene la responsabilidad de presionar al régimen” para que deje de “atacar a civiles, servicios médicos y de primeros auxilios” y respete “plenamente el cese de las hostilidades”, urgió el secretario de Estado norteamericano John Kerry.
El enviado de Naciones Unidas para Siria, Staffan de Mistura, expresó su preocupación por la situación en Alepo, donde los bombardeos dejaron más de 200 muertos y cientos de heridos en una semana, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Al menos 53 civiles perdieron la vida el jueves. Los ataques del régimen mataron a 31 personas, entre ellas tres niños, mientras que los bombardeos rebeldes provocaron la muerte de 22 personas, dos de ellas menores de edad, precisó el OSDH.
“Es la peor jornada en Alepo desde hace cinco años. El régimen no ha perdonado ni un solo barrio”, afirmó a la AFP un residente de la zona rebelde de Bustan al Qasr.
Alepo, la segunda ciudad de Siria, se encuentra dividida desde 2012 entre barrios controlados por el régimen al oeste y por los rebeldes al este.
Para evitar más muertes, De Mistura instó a Rusia y a Estados Unidos a tomar“una iniciativa urgente”. Moscú y Washington ya promovieron la maltrecha tregua actual que entró en vigor el 27 de febrero.
– ‘Masivo sufrimiento’ –
Para el Comité Internacional de Cruz Roja, Alepo se encuentra “a las puertas de un desastre humanitario” “Allá donde estén, pueden escuchar las mortales explosiones, los bombardeos y el vuelo de los aviones”, según Valter Gros, el representante del CICR en la ciudad.
Sin embargo, el régimen dejó entrever que prepara el lanzamiento de una ofensiva contra esta ciudad y la provincia homónima.
“Ahora es el momento de lanzar la batalla para la liberación total de Alepo”, anunció el jueves en Damasco el diario Al Watan, próximo al gobierno sirio. “No es un secreto que el ejército sirio y sus aliados han preparado esta batalla decisiva”, añadió.
Un portavoz del Alto Comité de las Negociaciones (ACN), que reagrupa a los principales representantes de la oposición y de la rebelión sirias, Salem al Meslet, estimó que el régimen de Asad “rechaza poner fin al sufrimiento del pueblo sirio”.
Entretanto más al norte de la provincia de Alepo y cerca de la frontera con Turquía, 53 rebeldes, en su mayoría islamistas, y 11 combatientes de las Fuerzas Democráticas Sirias (alianza árabo-kurda) murieron en enfrentamientos en la zona de Tal Rifat, ciudad controlada por los kurdos.
Naciones Unidas advirtió el jueves que la continuación de los combates podría frenar la llegada de ayuda de emergencia a cientos de miles de sirios.
Según el director del grupo de trabajo humanitario para Siria, Jan Egeland, los convoyes de ayuda humanitaria han llegado ya a un 52% de zonas sitiadas y a 255.000 personas.
Pero las agencias de ayuda humanitaria no han podido visitar todavía 35 localidades, donde viven 905.000 personas, lamentó Egeland.
“Deberíamos estar avergonzados de que esto ocurra”, señaló ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas el responsable de la ayuda humanitaria en Siria, Stephen O’Brien, quien instó a revitalizar el cese al fuego y poner fin “al masivo sufrimiento” provocado por la falta de alimentos y medicinas.
La guerra en Siria, iniciada en marzo de 2011, ha dejado más de 270.000 muertos y ha obligado a más de la mitad de la población a abandonar sus hogares.
Por AFP