A punto de convertirse en ley de la República quedó un proyecto que fue aprobado en último debate en el Senado, que prohíbe el castigo físico contra los niños por parte de los padres de familia.
La iniciativa obtuvo el respaldo de las mayorías en el Congreso de la República, que consideran que la disciplina y la enseñanza de un niño no puede traer consigo la violencia.
La senadora Paloma Valencia, ponente del proyecto, afirmó que esta propuesta no tiene ningún propósito punitivo y no habrá sanciones para los padres que castiguen a los menores.
“Quiero ser muy clara que no genera un efecto sobre los padres de familia, el proyecto es claro en que no hay efectos sobre la patria potestad de aquel que castigue físicamente a un niño”, explicó.
Según Valencia, los golpes no solo lesionan físicamente a los menores, también deja huellas en la autoestima.
“Los estudios internacionales y académicos sobre la materia demuestran que que una palmada lesiona la autoestima de los niños y ese dicho sobre que una palmada no le hace daño a nadie, no es cierto, una palmada genere inseguridad, problemas de autoestima y rompe las relaciones de confianza entre los padres y los hijos, que son fundamentales para avanzar en la educación”, manifestó.
Por su parte, el senador cristiano John Milton Rodríguez manifestó que este proyecto es inconstitucional porque genera una indebida intromisión del Estado en la crianza de los hijos.
“Este proyecto violenta el artículo 42 y 42 de la Constitución porque se entromete el Estado en temas de corrección, educación y formación de los hijos que compete a la familia”, manifestó.
Los promotores del proyecto manifestaron que se trata de una propuesta pedagógica que tiene el único propósito de erradicar la violencia intrafamiliar.
El representante Harry González, autor del proyecto, dijo que «esta iniciativa busca proteger los derechos de los niños y niñas de este país establecidos en la Constitución. Le decimos no al castigo físico y con eso contribuimos a que disminuya la violencia».
Según lo aprobado, las personas podrán acudir a las escuelas para padres con el ánimo de aprender sobre nuevas herramientas que les permitan corregir a sus hijos sin necesidad de utilizar los golpes.
Sin embargo, los congresistas que se opusieron a esta propuesta advirtieron que la misma está viciada porque se aprobó como una ley ordinaria cuando se trataba de una ley estatutaria.