
En una carta devastadora, el excanciller Álvaro Leyva Durán ha dinamitado la imagen del presidente Gustavo Petro, acusándolo de drogadicción, de ocultar su verdadero papel en el M-19, y de estar «secuestrado» por su círculo cercano.
Las denuncias, cargadas de detalles personales y políticos, han sacudido la política colombiana y generado una ola de reacciones internacionales.
Álvaro Leyva Durán, en una misiva dirigida al presidente Petro, ha expuesto una serie de acusaciones que pintan un panorama sombrío del mandatario.
Leyva, quien se describe como un «exministro de Estado» preocupado por el bienestar del país, inicia su carta expresando la dificultad de acercarse a Petro, a pesar de su cercanía aparente.
«Si bien es cierto que fui un funcionario de altísimo nivel supuestamente cercano a usted, debo manifestarle que nunca fue fácil aproximarlo. Esto bien lo sabe».
El ex canciller rememora con nostalgia el discurso de campaña de Petro, que lo cautivó con promesas de «igualdad, libertad, fraternidad, justicia social y paz integral».
Sin embargo, pronto surgieron «discrepancias y hechos de fondo» que lo alejaron del presidente.
Leyva, citando a filósofos como Antonio Millán-Puelles, San Agustín y Santo Tomás de Aquino, justifica su decisión de revelar «verdades ocultas» en aras del «bien común». «En algunos momentos se debe recurrir a una ‘prudente ocultación de la verdad’ para no ofender, para evitar daños. Pero que sí en ocasiones, mutatis mutariae, se afecta el bien común, es pertinente dejar de lado esa ‘prudente ocultación de la verdad'».
Las acusaciones más graves de Leyva se centran en el pasado de Petro y su estado actual. El ex canciller afirma que Petro no perteneció a las «primeras filas» del M-19, contradiciendo la narrativa del presidente. «Por la época de mi nombramiento no conocía yo antecedentes personales suyos. Solo los aspectos propios de su carrera como político. Alguna información tenía sobre su vinculación al M-19.
Lo cierto es que tuve una relación muy significativa con toda la cúpula de esa organización. Por aquellos entonces durante el tiempo que hubo las mayores definiciones de paz en el M nunca me crucé con usted.
No pertenece usted a sus primeras filas». Además, niega una amistad cercana con Carlos Pizarro como lo afirma el presidente.
Leyva también cuestiona la gestión del gobierno, señalando la influencia de Laura Sarabia y Armando Benedetti. «Cuando iba a buscarlo la señora Sarabia me hacía concurrir por horas con la excusa de que eventualmente me recibiría.
Tantas veces ocurrió lo mismo que finalmente comprendí que ella era la dueña de su tiempo, de algunos quehaceres suyos y que, además, le satisfacía algunos necesidades personales». Y agrega «Dícese de ellos que lo tienen secuestrado.
Créame que con esa medida adelantaría en algo la solución.»
La acusación más explosiva es la de drogadicción.
Leyva relata un episodio en París, durante una visita oficial, donde Petro desapareció por dos días.
«Fue en París donde pude confirmar que usted tenía el problema de la drogadicción. ¿Pero qué podía yo hacer? Seguro fui inferior. Lo he debido aproximar, ayudar, asistir oportunamente.
Guardó en mi interior la pena de no haber intentado extenderle la mano. Lo cierto es que nunca se repuso usted.
Es así. Su recuperación lastimosamente no ha tenido lugar».
Leyva también denuncia «desapariciones, llegadas tarde, ineptitudes, incumplimientos, viajes carentes de sentido, frases incoherentes, cuestionadas compañías» y un comportamiento errático del presidente. «Sus últimas intervenciones públicas desarrolladas con amenazas innecesarias, calificando inadecuadamente a sus contradictorios, a algunos de criminales sin serlo, incluso dejándose entrar más de una vez que los considera una amenaza para la vida de muchos ciudadanos, construyen un abuso del poder que se deriva de la Jefatura del Estado que usted detenta».
Alcance de las denuncias y reacciones internacionales
Las denuncias de Leyva abarcan la integridad personal y la capacidad de gobierno de Petro.
La acusación de drogadicción, si se confirma, podría tener consecuencias devastadoras para el presidente.
La gravedad de estas acusaciones ha trascendido las fronteras colombianas, generando reacciones en medios y figuras internacionales.
«Acusaciones de Leyva sobre supuesta drogadicción de Petro ya aparecen hasta en el Financial Times y otros grandes medios internacionales,» informó El Colombiano, mientras que El País tituló, «El excanciller colombiano Álvaro Leyva arremete contra Petro: “En París pude confirmar que usted tenía el problema de la drogadicción”».
Infobae también destacó el impacto internacional de las acusaciones, señalando que «Hasta Londres llegó la carta de Álvaro Leyva contra Petro: la acusación de drogadicción puso el foco en Colombia».
En respuesta a las acusaciones sobre su estadía en París, Gustavo Petro declaró: «¿Es que París no tiene parques, museos, librerías, más interesantes que el escritor, para pasar dos días? Casi todo en París es más interesante. ¿Es que acaso no tengo hijas y nietas en París, muchísimo más interesantes que el escritor?”.
Las dudas sobre su pasado en el M-19 y la influencia de su círculo cercano socavan su credibilidad y autoridad.
Implicaciones políticas, diplomáticas y jurídicas:
Políticas: La carta de Leyva podría desatar una crisis política sin precedentes, polarizando aún más el país y debilitando al gobierno.
Diplomáticas: Las acusaciones podrían dañar la imagen internacional de Colombia y afectar sus relaciones con otros países.
Jurídicas: Petro podría enfrentar investigaciones judiciales si se confirman las acusaciones de Leyva.
La carta de Leyva ha abierto una herida profunda en la política colombiana.
Las próximas semanas serán cruciales para determinar el alcance de estas acusaciones y sus consecuencias para el futuro del país.