Una mujer de 79 años, antigua líder de una secta religiosa en Florida (EE.UU.), fue sentenciada a 30 años de cárcel por la muerte de un niño por inanición en la década de 1980 después de golpearlo y confinarlo en un armario, informó este miércoles la Fiscalía.
Hace casi 30 años, Anna Young, entonces líder de la secta religiosa House of Prayer (Casa de oración), encerró al pequeño Emon Harper en un armario, sin comida ni agua, hasta que otros miembros de la secta lo encontraron muerto, indicó la Fiscalía General de Florida en un comunicado sin consignar la edad que tenía el niño.
Un gran jurado del mismo estado acusó a Young en noviembre de 2017 y fue arrestada inmediatamente en el vecino estado de Georgia.
Desde el momento del arresto, Young se declaró culpable de asesinato en segundo grado por la muerte de Harper.
«Es insondable comprender los horrores que esta mujer ha causado. Afortunadamente, a los 79 años, lo más probable es que muera en prisión y nunca más pueda dañar, torturar o matar a otro ser humano», señaló la fiscal general de Florida, Ashley Moody.
Según la Fiscalía, la madre de Harper entregó al niño a un amigo de la familia en Chicago, pero este último finalmente lo llevó a la Casa de Oración liderada por Young, que los fiscales a cargo del caso describieron como un lugar de culto religioso con sede en Micanopy, una localidad del condado floridano de Alachua.
Junto con su esposo, Robert Davidson, y un compañero creyente, Young inició la Casa de la Oración en 1983. El culto practicaba estrictamente el Antiguo Testamento, vistiendo túnicas largas.
El lugar de reunión llegó a tener 24 miembros, todos alojados bajo el mismo techo.
Allí, según los investigadores, Young nombró al niño Moisés, quien fue hallado muerto en una canasta de paja dentro de un armario.
Las acusaciones de que la mujer asesinó a Emon surgieron cuando una hija suya reveló la mala conducta de Young, y luego otros miembros de la secta corroboraron la historia.
Young dejó el culto religioso en 1992 y pasó varios años huyendo después de ser incluida en una lista de personas buscadas por las autoridades.
Durante los últimos 15 años, Young vivió en Marietta, Georgia.
Como parte de la negociación con la Fiscalía, Young también se declaró culpable de homicidio por la muerte de otra niña, Katonya Jackson, en 1984.
«Estoy agradecida por el arduo trabajo de mis fiscales estatales para asegurar una fuerte sentencia de prisión para esta criminal, francamente vil», resumió la fiscal general.