El proceso judicial contra dos exjefes paramilitares , Rodrigo Tovar Pupo, alias “Jorge 40”, y Hernán Giraldo Serna, apodado “El Patrón”, llega a su fin en las próximas semanas en un tribunal de Washington, siete años después de su extradición desde Colombia a EE.UU.
Para este lunes está programada la vista para considerar el caso de Giraldo Serna, dirigente del “Bloque Tayrona” de las ya disueltas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), acusado de controlar desde el cultivo de cocaína hasta su transformación en laboratorios, transporte y distribución desde Colombia a EE.UU.
La vista para dictar condena contra Giraldo Serna, también conocido como “El Tigre”, fue fijada para el 23 de octubre y, en la vista de este lunes, es posible que se fije una nueva fecha para la sentencia, indicaron fuentes jurídicas.
Según el escrito de acusación del Gobierno de EE.UU., entre 1998 y 2005, Giraldo Serna tuvo bajo su mando a entre 500 y 2.000 paramilitares, así como una guardia personal de casi 200 hombres que se encargaban de protegerlo de los ataques de la guerrilla de las Farc.
Para financiar sus actividades contra las Farc, el “Bloque Tayrona” impuso “impuestos de guerra” a los campesinos que cultivaban cocaína en su zona de influencia, que se extendía desde el departamento de Magdalena a otras regiones de la Costa Atlántica de Colombia, según la acusación.
Además, según EE.UU., los escuadrones ultraderechistas que lideraba Giraldo Serna también impusieron este tipo de tributos a aquellos que controlaban los laboratorios de la costa norte de Colombia.
La droga se depositaba en lanchas rápidas, con capacidad para albergar hasta mil kilos de droga, que partían de puertos supuestamente controlados por Giraldo Serna hasta Centroamérica, el Caribe y México, desde donde la cocaína era llevada a EE.UU.
El acusado firmó en enero de 2009 un acuerdo de culpabilidad en el que reconocía haber amparado este tráfico de cocaína, según el documento.
Cuando el juez dicte condena, se completará un nuevo capítulo del viaje que Giraldo Serna y otros 13 exjefes paramilitares de las AUC comenzaron el 13 de mayo de 2008 en aviones de la Agencia Antidrogas Estadounidense (DEA), cuando el entonces presidente, Álvaro Uribe, autorizó su extradición.
Entonces, el Gobierno de Uribe alegó que los extraditados habían incumplido los compromisos de la Ley de Justicia y Paz, al haber seguido delinquiendo desde la prisión y, por tanto, no merecían los beneficios de esa medida, destinada a los paramilitares que habían depuesto las armas.
Otro de los exlíderes paramilitares que viajó esposado en ese avión de la DEA, Tovar Pupo, alias “Jorge 40”, conocerá el próximo viernes si recibe la condena a 30 años de prisión y tiene que pagar la multa de un millón de dólares que pide para él la Fiscalía.
El Gobierno de EE.UU. quiere que Tovar Pupo rinda cuentas por encabezar las Autodefensas y el envío de una “extraordinaria” cantidad de cocaína, cuya producción y tráfico supervisaba y que se cifra en al menos 1.500 kilogramos entre 2002 y 2005.
En concreto, EE.UU. considera que se integró en 1996 en las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (ACCU), creadas hace tres décadas por Carlos y Fidel Castaño para luchar contra la guerrilla.
En 1997, Castaño fundó, a partir de las ACCU, las Autodefensas Unidas de Colombia, de las que Tovar Pupo fue uno de los principales cabecillas y se hizo cargo en 1999 del Bloque Norte, para dirigir las actividades de los paramilitares en el Departamento del Cesar, en el noreste del país, según la acusación.
En su testimonio, Tovar Pupo estimó que había llegado a tener a sus órdenes a un máximo de 5.000 hombres.
El pasado 30 de junio, la Corte del Distrito de Columbia condenó a 15 años y 10 meses de prisión por narcotráfico a Salvatore Mancuso, el dirigente de más alto rango de las Autodefensas extraditado a Estados Unidos.
Por: EFE