Mientras el padre de una joven permanece sentado embolando los zapatos de un hombre, la recién graduada permanece al respaldo de él, sosteniendo unos carteles con frases cortas que narran su historia de vida.
Fue abandonada por su madre, su papá nunca buscó a otra mujer y en cambio se dedicó a trabajar el doble o el tripe lustrando zapatos.
En los avisos, explica que, por la situación actual, no pudieron invitar a nadie al grado y por eso decidió llevarle la sorpresa a su puesto de trabajo.
La nueva Licenciada en Administración, con toga y birrete sorprendió a su papá y le dice “lo logramos papá”, el hombre, un poco confundido se levanta de la butaca y responde “qué bueno mijita”; la joven de 25 años, invita a su padre a tomar el puesto del cliente que estaba atendiendo.
El cliente le dice que en realidad él no es un cliente, es amigo de la hija y lo convence a que tome su lugar.
El padre de la profesional se sienta y de inmediato ella toma el puesto de su padre y empieza a lustrarle los zapatos.
Durante la conmovedora escena, la joven le confiesa al padre que en algún momento se llegó a avergonzar del trabajo que él práctica, pero, se dio cuenta del esfuerzo que hizo y hoy solo puede darle gracias por el acompañamiento y el respaldo “sin ti esto nunca habría podido ser posible, gracias”, insistió la mujer.