El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, aseguró este lunes que el aparatoso incendio en un ducto marino de Petróleos Mexicanos (Pemex) en el Golfo de México fue un accidente, y no «intencionado», y aseguró que se repararán los daños.
«Fue un accidente. Descartamos que se haya tratado de algo intencionado», aseguró durante su conferencia de prensa matutina en Palacio Nacional.
Asimismo, dijo que tanto Pemex como la Secretaría del Medio Ambiente ya realizan un avalúo y análisis sobre los daños que se hayan ocasionado. «Vamos a reparar los daños», remarcó.
López Obrador informó que, de acuerdo con los primeros reportes, el incidente se debió a una fuga de gas y de nitrógeno en un gasoducto «que con lluvia, con tormenta y descargas eléctricas explotó».
Exaltó que en estos hechos no hubo pérdida de vidas humanas y que el incendio se controló «relativamente pronto, en muy pocas horas, y ya se inició la investigación» correspondiente.
El pasado viernes, la fuga de gas de un ducto marino provocó un aparatoso incendio en pleno Golfo de México frente a las costas del suroriental estado de Campeche.
La fuga de gas fue detectada por Pemex a las 5.15 hora local (10.15 GMT) en este ducto submarino de 12 pulgadas, con «presencia de fuego en el mar» a 150 metros de la plataforma KU-C, ubicada en la Sonda de Campeche.
En un comunicado, Greenpeace consideró que dicho accidente refleja los riesgos que conlleva el modelo energético basado en combustibles fósiles.
El presidente también fue cuestionado sobre si este accidente le llevaría a revisar su política ambiental en materia petrolera, especialmente lo relacionado a la extracción de crudo, a lo que el mandatario contestó que están avanzando para crear alternativas y no depender de combustibles fósiles.
«Tan es así que ya se puso un tope a la extracción de crudo. No vamos a extraer más de 2 millones de barriles diarios», zanjó
Y aseguró que va a terminar su mandato con la mitad de la extracción que hubo en el sexenio de Vicente Fox (2000-2006).
Pemex sufre desde hace años una crisis de deuda, que asciende a 113.957 millones de dólares, y de producción, con 1,7 millones de barriles diarios, por lo que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se ha propuesto reflotarla como parte de su plan de autosuficiencia energética.