Marc Castellnou es jefe del Grupo de Actuaciones Forestales (GRAF) de los Bomberos de Cataluña y desde hace años trabaja como experto de la Unión Europea en la lucha contra el fuego. Alerta de que los grandes incendios de la Amazonia no pueden combatirse solo con medios de extinción y que hay que abordar un cambio basado en la prevención y la gestión del paisaje.
Pregunta. En la Amazonia se han registrado este año un 85% más de incendios que en 2018. ¿Hasta qué punto es extraordinario?
Respuesta. El número de incendios hasta ahora no es excepcional pero sí parece que lo puede ser en lo que queda de año. A la Amazonia todavía le queda septiembre como campaña de incendios. Hay dos o tres focos en Paraguay, Brasil y Bolivia que sí han quemado mucho; son tormentas de fuego que han causado heridas de 120 kilómetros en la selva y esto sí es extraordinario. Pero ello debe ponerse en un marco más global: lo que pasa en África, Indonesia, Siberia… y aquí sí que vamos hacia algo excepcional.
P. ¿En qué consisten exactamente las tormentas de fuego?
“Los Pirineos pueden quemarse enteros, igual que las masas forestales de Canadá”
R. Una tormenta de fuego es un incendio de sexta generación, fuegos que tienen capacidad de crear una nube de tormenta que acaba cambiando la meteorología de la zona. El incendio coge el control de la meteorología del área afectada y no al revés. Son los más caóticos e imprevisibles y pueden llegar a quemar 400.000 hectáreas en dos días. Se han producido toda la vida, pero de forma muy excepcional. Ahora hemos tenido tres en pocos días. No es lo que pasó en Gran Canaria, pero sí en Siberia, Bolivia o en Chile.
P. ¿Estos llamados incendios de sexta generación se pueden combatir una vez declarados?
R. Podemos combatir parte de los incendios, pero no tenemos recursos materiales para combatir todos estos incendios. Y sobre todo no podemos combatir ciertos niveles de intensidad. El límite, se asume que está en los 10.000 kilovatios metro. Mas allá de esta intensidad en el frente de llamas el bombero sufre quemaduras en la piel. Y muchos de estos incendios están quemando con una intensidad de 100.000 kilovatios por metro. Hay un límite físico de la capacidad de extinción.