Los Parques Nacionales Naturales La Macarena, Paramillo y Nukak, tienen 5.001 hectáreas (ha) de cultivos de coca sembrada,de acuerdo con un informe de la organización Parques Nacionales Cómo Vamos.
Estas áreas de coca sembradas representan casi 45 veces el tamaño del Parque Metropolitano Simón Bolívar en Bogotá. Dicho informesostieneque La Macarena (1.840 ha) es el área protegida con mayor zona de siembra de coca en el país, seguido del Parque Paramillo (1.786 ha) y Nukak (1.375 ha).
Sandra Vilardy, directora de Parques Cómo Vamos, una entidad que reúne a nueve organizaciones de la sociedad civil, entre ellos ONG como WWF y la Universidad de los Andes, señaló que «esta es una realidad de hace muchos años».
«Es importante recordar que los cultivos de coca históricamente han estado en estos parques. Cada año fluctúa la cifra, pero además de los cultivos de coca al interior de las áreas protegidas, también nos preocupa de manera importante lo que sucede afuera de los parques, porque eso genera una presión adicional».
Vilardy reseñó el caso del Parque Nacional Catatumbo en los Santanderes, el Parque Sanquianga en Nariño y Munchique en Cauca, donde «hay presiones muy importantes. En Catatumbo son 26.000 hectáreas de coca alrededor de este parque nacional donde tenemos tantos conflictos. Y ahí se hace el corredor entre el Catatumbo, Paramillo y la salida hacia el Urabá con la producción de coca».
En este reporte donde se habla del estado de los 59 parques nacionales en diversas temas, también se conoció que 30 Parques Nacionales Naturales tienen presiones por los cultivos de coca a su alrededor.
«La mayores concentraciones de cultivos de coca se encuentran alrededor de Catatumbo Bari; estos corresponden al 15,5% de los cultivos nacionales. El 40 % de los cultivos nacionales están en las zonas de contexto municipal de 11 parques», dijo.
El informe resaltó la importancia de estos ecosistemas para la producción de agua y alimentos, además de la regulación del clima en tiempos de cambio climático, donde según expertos, este fenómeno transforma las dinámicas de estos ecosistemas.
En ese sentido, esta problemática es una presión adicional para los 16 parques nacionales con cultivos de coca y las 30 áreas más que tienen dichos cultivos a su alrededor.