El gobierno de Venezuela decretó este martes un nuevo toque de queda en tres municipios limítrofes con Colombia y Brasil ante un repunte de casos de la COVID-19, un aumento que el país vincula al retorno de venezolanos en medio de la pandemia.
La medida se tomó después de que el presidente Nicolás Maduro ordenara el lunes un toque de queda con las mismas características en el municipio Páez del estado Apure, limítrofe con Colombia.
«Se decreta un toque de queda (…) en los estados Zulia, municipio Guajira y municipio Jesús María Semprún» (noroeste), fronterizos con Colombia, y «Bolívar, municipio Gran Sabana» (sur), con Brasil, anunció el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, en la televisora estatal.
Se hará efectivo desde las 4:00 p.m. locales hasta las 10:00 a.m. del día siguiente (3:00 p.m. a 9:00 a.m. en Colombia), dijo Rodríguez.
De acuerdo con el gobierno socialista, unos 43.000 connacionales han regresado a Venezuela después de haber migrado a diversos países de Latinoamérica.
El ministro aseguró que el retorno «por miles y miles» de migrantes se debe a un «descuido desmesurado» de los gobiernos de Colombia, Brasil, Ecuador y Perú en atender la pandemia del nuevo coronavirus.
En Venezuela, según cifras oficiales, hay 10 fallecidos y 749 casos confirmados. El fin de semana se reportó una escalada de contagios en el país y este martes se registraron 131 nuevos casos, la cifra más alta en un día, informó el gobierno.
Del total de contagios, «casi el 60% son casos que vienen de otros países«, afirmó Rodríguez, destacando que los retornados deberán «cumplir previamente» una cuarentena de 14 días en la frontera antes de trasladarse a sus residencias.
Desde el 6 de abril rige un toque de queda nocturno en municipios de Táchira, otro estado fronterizo con Colombia, mientras que en la turística isla de Margarita (estado Nueva Esparta, noreste) se ordenó la misma medida el 19 de abril buscando frenar un foco de COVID-19 surgido en una academia de béisbol.
Caracas y seis estados acatan una cuarentena desde el 16 de marzo que se expandió al día siguiente a todo el país.
El virus encontró a Venezuela sumida en una recesión económica y con sus servicios públicos colapsados, crisis que ha generado el éxodo de unos 4,9 migrantes desde finales de 2015, según la ONU.