Para los supersticiosos, el martes 13 es un día de mala suerte. Ese milenario temor ha sido alimentado por series, películas y otros símbolos llenos de malos presagios que hacen que algunas personas posterguen asuntos urgentes, por temor a que las cosas salgan mal.
Claramente, ese temor histórico por el martes 13 no solo pasa en Colombia, país que desde su cultura misma aprendió a guiarse por pálpitos e intuiciones, sino que también se evidencia con fuerza también en las creencias religiosas o mitológicas de países como Venezuela, México, Chile, Perú o Cuba, entre otras naciones de América.
Inicialmente, el temor tiene bases en Marte, el dios de la guerra romano. El mismo está asociado a la sangre, la violencia y el conflicto. Por su parte, el número 13 está vinculado a Judas, que tras su traición a Jesús, fue considerado el apóstol número 13, el excluido, marginal y rechazado.
Y es que el número 13 es presagio de que «algo va a pasar» también porque se cree que un martes 13 de abril fue sacrificado Jesucristo. Asimismo, por una confusión de lenguas se abandonó un martes la construcción de la Torre de Babel.
Por otro lado, se creía que los aquelarres -rituales para la realización de hechizos- eran realizados por 13 brujas.
En cualquier caso, los países en vías de desarrollo suelen creer desde tiempos históricos en imaginarios que algunos denominan el «pensamiento mágico». Es decir, realidades argumentadas más desde la pasión que desde la razón, que hacen que el martes 13 se convierta en un símbolo de terror sin ninguna comprobación científica.