La ansiedad que respiraba un Real Madrid en fase de crecimiento, repitiendo momentos de duda en el camino al triunfo ante el Real Betis, y la que comenzaba a expresar Kylian Mbappé en cada ocasión perdonada, la calmó el francés con sus primeros goles en el Santiago Bernabéu para una liberación conjunta en una reacción obligada ante la firmeza del Barcelona.
Al disparo 25 de Mbappé llegó el gol tan soñado durante su vida, el primero en el Santiago Bernabéu, tan anhelado por el madridismo. Lo celebró sintiendo liberación. Fruto de una genialidad de Fede Valverde, con una asistencia de tacón que habilitó a un 9 que aumenta su efectividad cuando arranca desde la izquierda. La primera cita en la que fue decisivo con un doblete, el segundo de penalti, en un momento del segundo acto en el que el partido podía caer para cualquiera de los dos lados.
De la duda inicial, repetida en cada encuentro sin encontrar una solución Ancelotti a la falta de intensidad, transitó el Real Madrid a una versión más reconocible con ajustes del técnico italiano. Aún lento con balón un equipo necesitado de soluciones en estático que amenaza con velocidad en cuanto tiene la oportunidad de correr, con una versión letal que sigue sin asomar. Segundo triunfo en el Bernabéu entre sombras y pocas luces.
Ante los problemas del Real Madrid con balón añadió Ancelotti al casting ‘pos-Kroos’ a Dani Ceballos. De pedir salir en el mercado recién cerrado a la titularidad, precisamente ante el equipo que iba a ser su destino. Como primero Güler y después Modric, no derribó la puerta. No fue por voluntad pero tardó demasiado tiempo en aparecer en la función para la que se le necesita, aumentando eso sí la presión con un gran desgaste defensivo.
Sintió el momento de duda el Betis para dominar de inicio y pisar área rival. Sin remates que aumentasen la angustia de un Real Madrid que ya veía al Barcelona a siete puntos, pero rondando zona de peligro con un cabezazo de Abde cerca de la escuadra como aviso. El enfado de Ancelotti era irrefrenable cuando sus tres jugadores de arriba se descolgaban y no ayudaban en defensa.
Todas las miradas se dirigen a Mbappé que por momentos comenzó a sentir presión. Tan voluntarioso como precipitado, debía intentar que el poder intimidatorio que generaba no se rebajase. Lo aumentó cada vez que cayó a banda izquierda, con mucha más frecuencia ante el Betis. Eléctrico. Demostrando en cada acción que es su posición natural. Vinícius ayudó metiéndose por dentro y buscó más a su nuevo compañero consciente de que buena parte del éxito depende de su sociedad.
Y ante una situación nunca vivida en su carrera, comenzar una Liga con cuatro partidos sin marcar, dejó gestos de ansiedad que le afectaron en la primera parte en la definición. Quedándose a milímetros de dos buenos servicios de Carvajal, chutando cada disparo en acciones individuales sobre defensores, cruzando en exceso con poco ángulo y enganchando mal la más clara a pase de ‘Vini’. La más peligrosa en un testarazo al primer palo tras córner de Militao.
La buena noticia para Ancelotti era que aumentaba la frecuencia con la que encontraban a Mbappé sus compañeros. El gol para un futbolista de su dimensión, era cuestión de tiempo. Lo ilógico era verle fallar lo que perdonó en boca de gol, tras un disparo de Vinícius rechazado por un defensa, que se estrelló en la madera. El Real Madrid comenzaba a carburar cuando el físico del Betis se comenzaba a mermar.
Lo captó rápido Pellegrini que aceptó el intercambio de golpes con valentía. Metió en el campo a Vitor Roque y su equipo aumentó la sensación de peligro en los metros finales. Mientras Vinícius iniciaba su ‘guerra’ particular, tras pedir penalti en un centro que golpeó en la mano de Llorente dentro del área, el riesgo compartido de ambos equipos aumentó.
Si Rodri probaba la firmeza de Courtois, Rodrygo respondía de inmediato para medir a Rui Silva. Si Abde corría al contragolpe y estrellaba su disparo en el lateral de la red, Vinícius aumentaba su presencia encarando siempre. Y ahí fue cuando el duelo se decidió, en un cabezazo de Vitor Roque y un centro de Fornals que se envenenó para el vuelo salvador arriba de Courtois, respondido por la voluntad de Rodrygo y el taconazo mágico de Valverde. Mbappé de zurda, ajustado al poste, vio la luz.
Era un golpe definitivo para el Betis que terminó de ceder cuando Rui Silva derribó a ‘Vini’ en una acción que el colegiado no estimó y fue desde el VAR donde avisaron del contacto abajo. Mbappé fue directo a por el balón y la decisión que Ancelotti trasladó a sus jugadores, la decidió el francés definiendo con calidad el segundo en su primera noche como gran protagonista en el Bernabéu.
Fuente: EFE – RCN Radio