La jugadora estadounidense fue campeona del mundial femenino que se disputó en Francia.
La centrocampista estadounidense Megan Rapinoe confirmó los pronósticos y se quedó este lunes con el segundo Balón de Oro femenino de la historia, sucediendo a la noruega Ada Hegerberg en el palmarés después de la decisión de la revista francesa de agregar el premio a la categoría femenina.
La estadounidense se impuso por delante de la británica Lucy Bronze, del Olympique de Lyon, y de su compatriota Alex Morgan, del Orlando Pride, después que la revista revelará el podio de la votaciones que le dio el reconocimiento a la jugadora estadounidense.
La carismática jugadora del Seattle Reign labró su victoria en su actuación en el Mundial conquistado por Estados Unidos, en el que lideró al equipo tanto dentro como fuera del campo, donde adquirió notoriedad por expresar con franqueza sus opiniones, a menudo contrarias al presidente de su país, Donald Trump.
Rapinoe no acudió al teatro del Chatelet a recoger en persona su trofeo, pero dejó un mensaje grabado en el que precisamente destacó el apoyo que recibe de los aficionados: «Tanto por hacer lo que hago dentro del terreno de juego como por las cosas que hago fuera de él», destacándose nuevamente no solo por lo que ahce en la cancha, sino también por los mensajes de lucha que deja la deportista.
Rapinoe confirmó así el trofeo «The Best» con el que la FIFA la reconoció en septiembre como mejor futbolista del año, después de haber sido nombrada también mejor jugadora y ser la máxima goleadora del Mundial femenino disputado en Francia.
Megan era la gran favorita a obtener el prestigioso premio en la categoría femenina después de su destacada actuación en el Mundial Femenino que se disputó en Francia y que le entregó el cuarto título al equipo de su país que sigue siendo el más ganador de la categoría.