La prensa europea recientemente reportó que las autoridades italianas lograron desarticular una organización criminal que cuya operación principal consistía en fabricar y vender certificados falsos de COVID-19.
La comercialización de los documentos falsificados se realizaba vía Telegram, los delincuentes usaban la aplicación de mensajería instantánea para entrar en contacto con ciudadanos que no quieren aplicarse la vacuna contra el coronavirus y que desean ingresar sin problemas a los espacios en donde se está exigiendo el certificado.
Cabe recalcar que actualmente la normativa italiana establece que para ingresar a bares, gimnasios, cines o bares es necesario contar con el esquema completo de vacunación anti covid y presentar el certificado que lo demuestre. De hecho, los ciudadanos de ese país lo pueden tramitar en un periodo de 3 días hábiles para obtenerlo.
No obstante, dicha situación fue aprovechada por la organización criminal que era capaz de producir certificados falsificados, los cuales eran diligenciados por médicos que colaboraban en la expedición del documento falso.
De acuerdo con medios europeos, estos certificados falsos debían pagarse con criptomonedas o cupones de compra que se redimen en plataformas de comercio electrónico que operan en Italia, quienes estaban interesados en adquirir este documento debían pagar un precio que oscilaba entre los 150 a 600 euros (de 443.614 a 2’661.685 pesos colombianos).
Según el reporte del medio español ‘El Tiempo’, uno de los integrantes de la organización criminal, un joven de 17 años, confesó ante las autoridades que la venta de los documentos falsificados le permitió obtener ganancias superiores a los 20 mil euros (cerca de 90 millones de pesos).
El detenido reveló que logró reunir fuertes sumas de dinero en pocos meses y que sus ganancias le permitían tener un nivel de vida rodeado de lujos. Sin embargo, el joven debía llevar una doble vida pues convivía con sus padres a quienes les aseguró que sus millonarios ingresos eran producto de su trabajo como desarrollador de videojuegos.