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Foto archivo redes sociales.
El Gobierno Nacional radicó un mensaje de urgencia en el Congreso para acelerar la aprobación del proyecto de Ley 150 de 2024, el cual busca prohibir el fracking y otras prácticas no convencionales de extracción de hidrocarburos en Colombia.
Esta medida respaldada por amplios sectores políticos y sociales, es clave para avanzar en la transición energética del país y reducir la dependencia de los combustibles fósiles.
El fracking, o fracturación hidráulica, es una técnica de extracción de hidrocarburos que implica la inyección de grandes volúmenes de agua, arena y productos químicos a alta presión en formaciones rocosas, para liberar gas o petróleo.
Si bien esta técnica fue utilizada en varios países para aumentar la producción de hidrocarburos, en Colombia generó una fuerte oposición debido a sus impactos ambientales.
También señalaron que el fracking puede contaminar fuentes de agua, generar sismos y afectar la biodiversidad, lo que motivó la exigencia de su prohibición.
El proyecto de ley que había alcanzado el tercer debate en su versión anterior, fue radicado nuevamente con mensaje de urgencia por el presidente Gustavo Petro y la ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Susana Muhamad.
Esta decisión permitirá agilizar su trámite legislativo y responde a la necesidad de tomar medidas concretas de cara a la COP30, la cumbre climática que se llevará a cabo en Brasil, en la que se evaluarán los compromisos internacionales en reducción de emisiones y descarbonización.
La ministra Muhamad enfatizó la importancia de frenar el avance del fracking en el país y destacó que Colombia puede trabajar con sus reservas de petróleo convencional y gas offshore para garantizar la sostenibilidad energética mientras avanza la transición hacia fuentes renovables.
«No podemos seguir invirtiendo en prácticas contaminantes que destruyen el agua y el suelo. Es momento de priorizar la protección del medioambiente y desarrollar alternativas sostenibles», afirmó.
El Ministerio de Ambiente reiteró que la transición energética justa es una prioridad para el Gobierno Nacional y está alineada con las metas del Plan Nacional de Desarrollo.
La prohibición del fracking se suma a otras acciones que buscan reducir la explotación de carbón y petróleo, promoviendo el desarrollo de energías limpias.
Con esta iniciativa, Colombia se suma a la tendencia global de abandonar progresivamente los combustibles fósiles y avanzar hacia un modelo energético más sostenible, garantizando la protección de los ecosistemas y la seguridad hídrica del país.
Ahora, el Congreso deberá decidir si respalda esta propuesta y contribuye a consolidar un futuro más limpio y sostenible.
Fuente: Sistema Integrado de Información – RCN Radio – Geraldine Rozo Amórtegui