El hombre llevaba una década tetrapléjico y en estado vegetativo
El tetrapléjico francés en estado vegetativo Vincent Lambert, que había encarnado en Francia el debate sobre el derecho a una muerte digna, falleció nueve días después de que el equipo médico le retirara la alimentación e hidratación artificiales que lo mantenían con vida.
Lambert, antiguo enfermero de 42 años murió en el hospital de Reims, en el noreste del país. Quedó tetrapléjico y totalmente dependiente tras un accidente de tráfico en 2008, poco después del nacimiento de su hija, y desde 2011 los médicos habían descartado toda posibilidad de mejora.
La ausencia de un testamento vital había mantenido enfrentado a su entorno: sus padres, católicos tradicionalistas, se oponían a retirarle el tratamiento al considerarlo una eutanasia encubierta y defendían que su hijo no era un enfermo terminal, y que dejarle morir suponía negar asistencia a un minusválido.
Gran parte de su familia, empezando por su mujer y tutora legal, Rachel Lambert, eran contrarios en cambio a todo ensañamiento terapéutico, y alegaban que Lamberthabía dejado claro en el pasado que le angustiaba acabar como un vegetal.
El equipo médico del hospital de Reims encabezado por el doctor Vincent Sánchez inició el protocolo de fin de vida el pasado 2 de julio, cuatro días después de que el Tribunal Supremo reabriera la vía para hacerlo al anular una sentencia anterior de la Corte de Apelación y cerrar la posibilidad de interponer nuevos recursos.
Era la tercera vez que lo emprendían, pero en las dos anteriores los padres habían conseguido frenarlo con procedimientos de urgencia ante la Justicia.
La eutanasia no es legal en Francia, pero desde 2016 está autorizado aplicar una «sedación profunda y continua» a un paciente en estado irreversible.
Con esa normativa, llamada Ley Leonetti en honor al diputado que la inspiró, los facultativos pueden retirar los medicamentos que lo mantienen vivo artificialmente así como la nutrición y la hidratación, mientras que le siguen administrando analgésicos para evitar que sienta dolor.
Resignados ante la situación, los padres habían aceptado este pasado lunes su fallecimiento como algo inevitable y habían anunciado que no presentarían nuevos recursos judiciales para intentar reanudar su tratamiento.
«(Su muerte) Es un alivio. Pone las cosas en su sitio. La esperábamos desde hace años. Espero que descanse en paz. Para mí, el caso Lambert termina claramente hoy», dijo ante la prensa su sobrino François Lambert, uno de los principales defensores de lo que consideraba una muerte digna para su tío.
«Ahora es tiempo de recogimiento para la familia. Hay que sacar las lecciones de este caso que a veces ha sido obsceno a nivel judicial. Las incoherencias judiciales han sido agotadoras para todo el mundo», añadió en la cadena «BFM TV» su abogado, Gérard Chemla.
No obstante, tras años de lucha judicial en tribunales nacionales y europeos, la decisión de los padres de no presentar nuevos recursos no implica necesariamente el fin de la batalla entre ambos bandos.
Su representante, el letrado Jean Paillot, avanzó en declaraciones publicadas este lunes por la emisora «France Info» que, llegado el momento, «los responsables de la muerte de Vincent Lambert» tendrían que «rendir cuentas».
El pasado viernes, de hecho, presentaron ya una denuncia ante la Fiscalía de Reims contra el doctor Vincent Sánchez y su equipo de cuidados paliativos por «tentativa de homicidio voluntario», que ha dado pie a una investigación preliminar.
El caso ha saltado también las fronteras francesas. El Vaticano expresó hoy su dolor por el fallecimiento de Lambert y recordó su oposición a toda forma de eutanasia.
Sin aludir directamente a Lambert, el papa Francisco pidió ayer en Twitter orar «por los enfermos que son abandonados hasta dejarlos morir» y reclamó que los médicos deben ayudar a vivir, no a quitar la vida.
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