Oclusión vascular en todas las extremidades, fue el dictamen médico de Monika Tothne cuando llegó al hospital de Pecs, en Hungría, por un dolor de estómago.
Debido a la situación que padeció esta mujer de 39 años, los profesionales de la salud decidieron que para resolver el caso debían amputar sus extremidades inferiores.
Más tarde al ver que no se recuperó satisfactoriamente, procedieron a quitar los dos brazos.
De acuerdo a lo que informaron los médicos, Monika padecía una enfermedad genética que significaba un mayor riesgo con el trastorno que ocurre cuando la sangre de una arteria se detiene inesperadamente.
Antes de sufrir esta delicada situación, Tothne era gerente de tienda y limpiadora a tiempo parcial, sin embargo, actualmente se recupera en su casa, acompañada de su madre y esposo.
La mujer renunció al trabajo y está sometida a algunas terapias psicológicas ya que ha sufrido algunos episodios de depresión, por el shock que le causó este drástico cambio e vida.