La Federación Española de Fútbol (RFEF) decidió aplicar una «multa de 1.500 euros» y un «aviso de cierre» del Camp Nou al FC Barcelona luego de los incidentes que salpicaron el Clásico contra el Real Madrid el miércoles pasado, según lo anunció este viernes en un comunicado.
El Comité de Competición de la RFEF indicó que adoptó esta sanción contra el Barça por «alteración del orden grave durante un partido».
La decisión es la estricta aplicación del artículo 101.2 del código disciplinario de la RFEF, que indica que «será considerada como infracción grave y será sancionado con multa de hasta 3.000 euros y apercibimiento de clausura, el lanzamiento de varios balones, o de cualquier otro elemento al terreno de juego procedentes de la grada, con independencia de si el juego está o no detenido».
El partido más seguido del mundo, que tuvo al menos 650 millones de telespectadores en todo el planeta, según LaLiga, se vio interrumpido «durante un minuto y treinta segundos debido al lanzamiento, por parte del público, de balones al terreno de juego», indicó el árbitro del enfrentamiento, Alejandro Hernández Hernández, en el acta.
Disturbios al cierre del partido
Las multas anunciadas al club catalán, no tienen nada que ver con los enfrentamientos que hubo fuera del estadio. No obstante, la jornada estuvo tensa por las protestas separatistas catalanas que causaron diez detenciones y más de 60 atenciones médicas, indicaron las autoridades locales.
Los servicios médicos tuvieron que asistir a 64 personas, ninguna de ellas con heridas graves, entre ellos 39 policías. El portavoz policial elevó el número de agentes heridos a 56, dos de ellos con fracturas óseas.
Más de 3.000 policías y agentes de seguridad privada se desplegaron para el encuentro, que ya había sido aplazado en octubre por el estallido de protestas y disturbios por la condena a cárcel de nueve dirigentes separatistas por el intento de secesión de 2017.