El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, comparó el martes en el estrado de testigos durante su prolongado juicio por corrupción, marcando un momento histórico al ser el primer mandatario israelí en funciones de enfrentar cargos penales. A sus 75 años, Netanyahu no solo enfrenta este desafío legal, sino que también lidera a su país en una guerra contra Hamas en Gaza, mientras lidia con crecientes tensiones en toda la región.
“He estado esperando ocho años este momento para decir la verdad”, declaró Netanyahu al tribunal de tres jueces en Tel Aviv. Sin embargo, enfatizó la complejidad de su situación actual: “Estoy dirigiendo al país en una guerra de siete frentes. Y creo que las dos pueden hacerse en paralelo”.
Netanyahu se encuentra acusado de soborno, fraude y abuso de confianza en tres casos distintos, incluyendo supuestos favores regulatorios a Bezeq Telecom Israel por un valor aproximado de 500 millones de dólares, un cambio de cobertura positiva en un portal de noticias vinculado a la empresa. También enfrenta acusaciones relacionadas con intentos de influir en la cobertura mediática del periódico Yedioth Ahronoth. Netanyahu niega todas las acusaciones y se ha declarado inocente, asegurando que las investigaciones en su contra son una persecución política motivada por sus políticas conservadoras y de seguridad.
“Si hubiera querido una buena cobertura, todo lo que habría tenido que hacer habría sido señalar una solución de dos estados… Si me hubiera movido dos pasos a la izquierda, me habrían aclamado”, afirmó el mandatario durante su testimonio.
El juicio se lleva a cabo en una sala subterránea del Tribunal de Distrito de Tel Aviv, a donde fue trasladado por motivos de seguridad no revelados. Frente al edificio, manifestantes divididos expresan apoyo o críticas hacia Netanyahu, mientras algunos exigían avances en la liberación de los rehenes israelíes aún retenidos por Hamas.
Antes de que Netanyahu tomara el estrado, su abogado, Amit Hadad, acusó a los fiscales de llevar a cabo una investigación parcial y dirigida: “No estaban investigando un crimen, estaban persiguiendo a una persona” , afirmó. Por su parte, Netanyahu reiteró en días anteriores su postura de que las acusaciones en su contra son un intento de socavar la democracia israelí: “La verdadera amenaza a la democracia en Israel no la plantean los representantes elegidos por el público, sino algunos miembros de las autoridades encargadas de hacer cumplir la ley que se niegan a aceptar la elección de los votados”.
El juicio de Netanyahu ha sido un tema polarizador dentro de la sociedad israelí, especialmente en un contexto de múltiples rondas electorales y propuestas de reforma judicial impulsadas por su gobierno, que han generado masivas protestas. Aunque la guerra iniciada tras el ataque de Hamas el 7 de octubre de 2023 se unió temporalmente a los israelíes, la prolongación del conflicto y la reciente emisión de una orden de arresto por la Corte Penal Internacional (CPI) contra Netanyahu por presuntos crímenes de guerra han intensificando las divisiones políticas.
Mientras tanto, el tribunal ha ordenado que el primer ministro testifique tres veces por semana, obligándolo a equilibrar su defensa legal con la dirección de las operaciones militares y la gestión de un país en crisis.
Fuente: Sistema Integrado de Información – RCN Radio – Juan Camilo Cely