Jean Álvares demostró con su generosidad que no todo está perdido para el género humano. Este pequeño, de apenas 13 años, salvó de manera heroica a su perro Lester, que se encontraba encerrado en su vivienda mientras era consumida por las llamas.
Todo sucedió porque un camión cisterna se estrelló por un desnivel en la calle de la avenida Edilberto Ramos, en Lima (Perú). Esto provocó el derrame de gas licuado de petróleo que tenía en su interior el vehículo, lo que desencadenó un incendio apocalíptico que le quitó la vida a 22 personas.
Cuando Jean sintió el peligro del fuego, lo que hizo fue huir de la casa y salvar su vida lo más rápido que pudo. En el momento que recordó a su perro, el niño fue poseído por un valor excepcional y regresó a la vivienda con la intención de rescatar al animal como fuera.
Una vez volvió a la vivienda, observó que el suelo se fragmentaba, las puertas crujían y la presión del humo le impedía respirar. Pero entre todo ese caos, se alcanzaban a escuchar los fatigados ladridos de Lester, que ya casi se encontraba resignado a morir.
Una vez Jean logró liberar al perro de la zona, el animal corrió hasta que encontró un poco de aire fresco. Para ese punto el niño se encontraba con poca energía y casi no podía respirar. Poco después, las llamas empezaron a cercarlo de manera peligrosa.
Cuando el muchacho fue rescatado, las lesiones eran evidentes pues un 70 % de su cuerpo se había quemado.
Inmediatamente, fue trasladado al Hospital Almenara. Sin embargo, murió pocos días después, entre oraciones y lágrimas de sus familiares que no podían creer semejante acto de heroísmo.
Este caso que tiene conmovido al mundo demuestra que no siempre el egoísmo, la avaricia y la individualidad logran imponerse, y que lo mejor del género humano puede aflorar en los momentos de mayor desesperación.