Colombia atraviesa por un momento clave en cuanto a la justicia y protección de derechos de los niños, pues avanza a grandes y acelerados pasos el proyecto de acto legislativo que permite la imposición de prisión perpetua para violadores y/o asesinos de niños y niñas. A este luchado trámite solo le hace falta superar uno, su último debate en el Senado de la República.
Son muchas las voces a favor y en contra que han surgido alrededor de esta propuesta, especialmente las que apoyan una máxima condena para estos sujetos, debido a la indignación que se tiene en la sociedad por un país que ha sido fuertemente golpeado por este flagelo que afecta a la población infantil.
Sin embargo, en los últimos días ha circulado por redes sociales un detalle frente a este proyecto, el cual ha despertado mayor intriga entre quienes apoyan la propuesta, especialmente, entre ciudadanos del común que lo desconocían y han expresado su sorpresa y un poco de duda frente a los alcances del mismo.
Se trata de la posibilidad de que con esta ley habría niños de 14 años condenados a prisión perpetua por cometer este tipo de delitos. Un detallito que algunos han calificado como grave a la hora de aprobar el proyecto y que, además, aseguran que se ha omitido su profundo análisis o modificación, pese a que se solicitó desde debates pasados.
En La FM consultamos con expertos en materia legal, psicológica y psiquiátrica sus conceptos frente a este tema puntual, que involucraría a menores entre 14 y 17 años.
Uno de los expertos que se opone a esta ley es el psicólogo forense Roberto Sicard, quien expresa inicialmente que este tipo de delitos sí merece un castigo ejemplar, pero considera que es una medida completamente negativa para jóvenes entre 14 y 16 años.
Psicológicamente, el experto explicó que este proyecto lo que generaría es una idea de seguridad cuando realmente no la hay, porque “ni siquiera la cadena perpetua es un factor disuasivo para los agresores sexuales; la mayoría de agresores sexuales tiene impulsos, entonces, por más alta que sea la pena eso no los desanima a cometer su delito”.
Advirtió que “ningún sujeto cambia por saber que se expone a este tipo de penas, al contrario, se ha evidenciado que entre más riesgos ofrezca la pena, más se indigna el agresor y se llena de más motivos para querer ir más lejos con su víctima”.
Sicard señaló que, psicológicamente, a la edad de 14 años es mediana la capacidad de comprender una situación como abuso sexual o asesinato, ya que aún a esa edad hay una inmadurez relativa a las condiciones sociales y familiares que ha vivido el menor de edad. “Por lo tanto, aunque puede comprender algunos alcances y límites, no es del todo comprensible”.
La tendencia suicida también aumentaría en esta población, según aseguró el psicólogo forense, pues argumentó que un adolescente que comete este delito, al saber que no tendrá la opción de resocializarse o resarcir su error y que, por el contrario, todo el resto de su vida estará en una cárcel, va a preferir quitarse la vida.
Desde el punto de vista legal, el abogado penalista Francisco Bernate explicó su postura radical frente a este tema, pues fue uno de los que hizo público este detalle que involucra a niños de entre 14 y 17 años.
El jurista recordó que todos los tratados internacionales de DD.HH. establecen que menores infractores deben tener un tratamiento con fines, no de resocialización, sino de acompañamiento y de comprensión, y que es precisamente por eso que las estancias en los centros de detención deben ser reducidas.
Argumentó que una de las grandes falencias del proyecto de ley que está a punto de ser aprobado es que “no establece ninguna diferenciación entre adultos y menores de edad infractores”.
Agregó que “ahora, con esta propuesta, Colombia pasaría a ser uno de los muy pocos países del mundo que permite la prisión perpetua para menores de edad y, en cualquier caso, ningún país que se reconozca como un estado de derecho lo permite”.
Bernate denuncia que no fueron estudiadas las observaciones que se le hicieron al proyecto frente a este punto, antes de que avanzara más en los debates.
“Fue una observación que se planteó pero no se estudió, no se trabajó y el proyecto, como va, permitirá que los menores ahora puedan tener una vida en prisión a partir, incluso, de los 14 años”, aseguró.
El abogado expresó que con ello se está contraviniendo la lógica misma del régimen penal de infancia y adolescencia e, incluso, los tratados internacionales. Recordó que en países como Estado Unidos, “el sistema penal norteamericano avala la pena de muerte, siendo consciente de que un menor de edad no puede ser estar condenado de por vida”.
Francisco Bernate expuso el ejemplo de que, en Colombia, a nivel de juzgados y tribunales se ha cogido camino al denominado caso de ‘Romeo y Julieta’, explicando que “cuando dos menores de edad que tienen relaciones sexuales se tienen consideraciones como la edad de los menores, su cercanía, el que haya sido relaciones sexuales con el consentimiento de las dos partes, entre otras, con el fin de no sancionarlos penalmente ni ser tan drásticos con este tipo de sanciones”.
Pero indicó que, de ser aprobada la ley que incluye a menores entre 14 y 17 años, a partir de la fecha, menores de edad que tengan un noviazgo a los 15 o 16 años pueden resultar presos de por vida”.
“Esta es una demostración más de lo absurdo de este proyecto de ley”, puntualizó el jurista.
Analizado desde un puto de vista psiquiatrico, Isabel Cuadros, psiquiatra y directora de la Asociación Afecto -que trabaja contra el maltrato infantil- manifestó sus postura y las preocupaciones que desatan el proyecto de ley.
La experta fue enfática en aclarar que sí está de acuerdo con la cadena perpetua para violadores y asesinos de niños, pero aseguró que debe haber una diferenciación entre uno y otro caso y que, de ninguna manera puede aplicar para niños de 14 años.
Pues aseguró que en la actualidad el sistema penal presenta grave falencias, por lo que se podría estar prestando para injusticias con los menores de edad señalados de estos delitos.
“Está bien una cadena perpetua para un ‘Lobo feroz’, para un ‘Garavito’, porque son violadores y asesinos en serie y es claro que no son personas aptas para vivir en la sociedad, pero un menor de edad no debe ser castigado de la misma forma”, aseguró cuadros.
La profesional insistió en que cree en la rehabilitación de menores de edad y que la “la cárcel no es la que rehabilita, mucho menos en Colombia donde el hacinamiento es alto y la capacidad investigativa tiene problemas. Condenar a un menor de edad a cadena perpetua es un daño grande para ese menor”.
Dijo que, pese al delito atroz de una violación o asesinato, se debe tener una diferenciación entre adultos y niños, pues asegura que aun habiendo cometido estos delitos el niño a esa edad sigue siendo niño, “es complejo evaluar el nivel de peligrosidad, pero no quiere decir que ya no sean niños, a los 14 años aún están en etapa de desarrollo”.
Insistió en que en lugar de condenarlos de por vida, se les debe dar la oportunidad de un buen trabajo de rehabilitación ya que, mencionando cifras mundiales, el 70 u 80% de los jóvenes logran una verdadera resocialización.
Por último, la psiquiatra hizo una advertencia sobre un riesgo que se correría al condenar a un menor de edad a cadena perpetua, pues asegura que esto únicamente va a despertar una mayor sensación de rabia en el menor agresor, el cual puede así mismo aumentar su impulso de hacerle daño a otro niño, llevándolo no solo a abusar, sino a matarlo.
“Si se impone una pena de estas, donde ni siquiera se diferencia condena por violación y abuso, muchos van a optar por asesinar a su víctima porque en medio de su pensamiento inmaduro pensarán en acabar con el testigo”, puntualizó.
En LA FM intentamos consultar con senadores y fuertes promotores del proyecto, pero no se pronunciaron ante este tema en específico. Cabe destacar que algunos de los argumentos entre quienes lo apoyan es que ayudaría a minimizar las cifras de impunidad que, según registros de la Fiscalía, están por encima del 80%.
De igual forma, se insiste en un castigo definitivo para este tipo de delitos ya que, según cifras del Inpec, el nivel de reincidencia es alto, al tiempo que estudios psicológicos indican que en Colombia no existe algún programa que garantice la rehabilitación en violadores.
Independientemente de las posturas a favor y en contra de esta iniciativa y pese a la polémica desatada recientemente por los menores de edad expuestos a una condena de por vida, el proyecto de ley sigue su curso y ahora le espera un último debate en el Senado, para hacer historia o pasar a la historia del país.