La vicepresidenta y Canciller, Marta Lucía Ramírez, reconoció la elección de Gustavo Petro como nuevo presidente de Colombia, señalando que «la voz del pueblo es la voz de dios«.
Envió un mensaje a la nueva vicepresidenta Francia Márquez y pidió organizar un trabajo «serio, reflexivo, propositivo y solidario» en las iniciativas «valiosas» del nuevo gobierno. No obstante, hizo un llamado a los colombianos advirtiendo en que no hay que bajar la guardia.
«Este no es momento para el pesimismo, ni de pensar en abandonar el país, bajar la guardia, ni claudicar en la defensa de los principios democráticos de libertades, separación de poderes, desarrollo económico (…) Todos nosotros tenemos la obligación de seguir trabajando con optimismo y fe por nuestro país dentro de la defensa de la institucionalidad democrática y el desarrollo económico que rompa con cualquier ilegalidad o rentas provenientes del lavado de dineros y del narcotráfico», dijo Ramírez.
La vicepresidenta también aseguró que, «el Estado debe acelerar el paso para llegar a todas las regiones y garantizar oportunidades a todas las generaciones y etnias que conforman nuestra maravillosa diversidad». Indicó que, «en lugar de hacer llamados a la resistencia, demostremos todos que queremos a Colombia llamando a la unidad y cuidando de nuestras instituciones, porque el país está por encima de todo y de todos».
Lista para el empalme
La vicepresidenta y canciller, Marta Lucía Ramírez, también envió un mensaje a la nueva vicepresidenta, Francia Márquez, destacando que es la primera mujer afrodescendiente en llegar a esta dignidad.
«Muchos éxitos en su labor y desde ya me pongo a su disposición para las tareas de empalme y entrega del cargo de la Vicepresidencia de Colombia», dijo.
Señaló que, «es un gran honor y un tremendo desafío para seguir abriendo espacios que nos permitan a las mujeres impactar en todos los roles de liderazgo público y privado, para alcanzar pronto la mejor versión de esa Colombia segura, educada, emprendedora, justa, sostenible e incluyente, porque ese será el país en paz que hemos anhelado toda la vida».
Lamentó que el debate electoral «se hubiera enfocado muchas veces con calumnias o verdades a medias, en exacerbar las debilidades y vacíos que ciertamente sufre Colombia tratando de destruir el sentimiento de respeto y dignidad nacional, en lugar de elevar la autoestima de los colombianos y generar más orgullo y sentido de pertenencia por lo que somos como Nación».