
En un comunicado oficial, el grupo disidente niega haber emboscado al Ejército y justifica el ataque como una respuesta a hostilidades previas, contradiciendo la versión oficial.
Tras la trágica muerte de siete militares y la retención inicial de otros cinco en el departamento del Guaviare, las disidencias de las FARC autodenominadas Estado Mayor de Bloques y Frentes, lideradas por alias ‘Calarcá’, rompieron el silencio.
A través de un comunicado emitido este lunes, el grupo insurgente rechazó categóricamente la versión de una emboscada y calificó sus acciones como un acto de “legítima defensa”.
El violento suceso, que tuvo lugar el pasado domingo y cobró la vida del sargento viceprimero Darwin Pérez Sánchez y los soldados profesionales Jairo Arteaga Estrada, Anderson Steven Bohórquez Ospina, Juan David González Fernández, Carlos Andrés Pushaina Pushaina, Moisés David Cuadros Ruiz y Jean Carlo Bolaño Romo, además de la breve retención de otros cinco uniformados, ha generado una profunda conmoción en el país.
En su misiva, las disidencias expresaron sus condolencias a las familias de los militares fallecidos.
Sin embargo, la organización responsabilizó directamente al Ejército Nacional por el enfrentamiento.
Según su versión, sus unidades se vieron obligadas a repeler un supuesto ataque por parte de las fuerzas militares, argumentando que han sido víctimas de hostilidades a pesar de la vigencia de un cese al fuego bilateral acordado con el Gobierno Nacional.
Esta declaración contradice frontalmente la información proporcionada por el Ejército Nacional, que desde el primer momento confirmó que los militares fueron víctimas de una emboscada.
La fuerza pública ha enfatizado que este ataque constituye una clara violación de los acuerdos suscritos en el marco de la mesa de diálogo que se adelanta con el Estado Mayor de Bloques y Frentes de las FARC-EP.
El Ejército Nacional reafirmó su compromiso de continuar protegiendo la integridad territorial, garantizando el orden y salvaguardando los derechos de los ciudadanos en cumplimiento de su mandato constitucional.
El comunicado de las disidencias de las FARC busca contrarrestar la narrativa de una emboscada, presentando el incidente como una respuesta defensiva a acciones militares previas.
Al alegar “legítima defensa” y denunciar supuestas hostilidades por parte del Ejército a pesar del cese al fuego, el grupo insurgente intenta justificar sus acciones ante la opinión pública y sus propias bases.
Esta estrategia comunicacional podría tener varios objetivos:
1. Minimizar la condena pública: Al negar la emboscada, buscan reducir el rechazo generalizado que usualmente acompaña este tipo de ataques sorpresivos.
2. Justificar sus acciones ante sus miembros: Presentar el enfrentamiento como una respuesta necesaria a una agresión externa puede ayudar a mantener la moral y la cohesión interna del grupo.
3. Presionar en la mesa de diálogo: Al denunciar incumplimientos del cese al fuego por parte del Ejército, las disidencias podrían buscar generar presión sobre el Gobierno Nacional en el marco de las negociones.
¿Qué puede pasar?
La contradicción entre las versiones del Ejército Nacional y las disidencias de las FARC subraya la fragilidad del cese al fuego y la complejidad del proceso de paz.
Este grave incidente podría tener importantes repercusiones en el avance de las negociaciones y en la confianza entre las partes.
Las autoridades competentes seguramente iniciarán las investigaciones pertinentes para esclarecer los hechos y determinar las responsabilidades.
La comunidad internacional y la opinión pública estarán atentas a los desarrollos de esta situación y a las posibles implicaciones para el futuro del proceso de paz en Colombia.