Varios exsecuestrados que pidieron guardar reserva de su identidad por razones de seguridad, hicieron desgarradores relatos ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), sobre los tratos crueles a los que fueron sometidos durante los secuestros de que fueron víctimas por parte de los exguerrilleros de las antiguas Farc.
Una de las de las víctimas declaró ante la JEP que «en muchas ocasiones siento que iba a ser asesinado por los exguerrilleros que lo secuestraron, ya que las amenazas de muerte eran constantes».
“Todas las noches era lo mismo, tortura tras tortura (…) Yo recuero que yo le dije en un momento a alguno de ellos: ustedes están cometiendo un error nosotros somos personas muy conocidas en Florencia, donde todo mundo se conoce, y en forma burlesca me respondió: sí, a ustedes los conocen mucho, entonces el entierro va a estar muy bonito”, dijo la víctima.
Así mismo, señaló que ante esa respuesta de sus victimarios, él solo pensó que era su final. “Yo dije, hasta aquí llegué, esta gente nos va a matar, la muerte es inminente para mí y yo solo pensaba en mis hijos”, indicó.
La víctima señaló a los magistrados que lo que se vislumbraba como un día de pesca con su tío, terminó por convertirse en el inicio del peor capítulo en su vida, como lo fue el secuestro y todo por ser señalados de ser supuestos informantes de las Fuerzas Militares cuando apenas eran duelos de una microempresa dedicada a la venta de tamales del Ejército en inmediaciones de Florencia (Caquetá).
También relató cómo en medio de las largas caminatas a las que eran sometidos durante el traslado hasta la zona donde estaban ubicados los campamentos, fueron atados con nudos que les daban vuelta a su cuello y que con el menor movimiento se “cerraba al punto de sentirse ahorcados”.
Otra de las víctimas secuestrada en el año 2000 en el Caquetá rindió declaración ante la JEP en torno al trato indigno que enfrentó durante su cautiverio, al ser señalado de ser un supuesto paramilitar por parte de las antiguas Farc.
De acuerdo con el relato de esta víctima, al momento de hacer sus necesidades les apuntaban con un arma y los trataban “como las de un perro”.
“La única vez que nos dejaron bañar fue una vez, de resto fue sin bañarse uno, sin cepillarse la boca, sin una cobija, solo con un toldillo (…) porque nosotros éramos como 48 (secuestrados) y después quedamos como unos 35, porque al resto los mataron”, agregó.
Fuente: Sistema Integrado de Información – RCN Radio – Mauricio Collazos