El Consejo de Derechos Humanos de la ONU anunció este jueves la apertura de una investigación sobre posibles abusos de los derechos humanos en Israel y en los Territorios Palestinos tras la reciente escalada bélica en la Franja de Gaza.
La resolución pide además que la comisión internacional de expertos estudie «todas las causas profundas de las tensiones recurrentes (…), como la discriminación y la represión sistemática basadas en la identidad nacional, étnica, racial o religiosa».
El texto fue aprobado por 24 de los 47 miembros del Consejo. Nueve se opusieron y 14 se abstuvieron.
«Si resulta que el impacto sufrido por civiles y bienes materiales civiles ha sido indiscriminado y desproporcionado, este ataque podría constituir un crimen de guerra», había advertido previamente la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, en la apertura de la sesión extraordinaria.
El conflicto entre Israel y el movimiento islamista Hamás, en el poder en Gaza, fue el cuarto desde 2008 y estalló el 10 de mayo con el lanzamiento de cohetes por parte de Hamás hacia el territorio israelí.
Israel respondió bombardeando Gaza y estos ataques, según Bachelet, provocaron «numerosos muertos y heridos entre los civiles y generaron destrucción y daños materiales a gran escala en bienes civiles».
«Pese a las afirmaciones de Israel que asegura que numerosos de estos edificios acogían a grupos armados o eran usados con fines militares, no hemos visto pruebas al respecto», dijo Bachelet.
La aprobación de esta investigación de gran amplitud sobre el conflicto es una «decisión vergonzosa» que demuestra una vez más «la clara obsesión antiisraelí del Consejo de Derechos Humanos de la ONU», reaccionó el primer ministro, Benjamin Netanyahu.
El movimiento islamista Hamás dijo «saludar» la investigación, mientras que la Autoridad Palestina la calificó de «paso hacia adelante» para la protección de los derechos humanos de los palestinos.
Disparos de cohetes indiscriminados
El conflicto en Gaza tuvo su origen en los enfrentamientos en la Explanada de las Mezquitas, en Jerusalén Este, zona ocupada por Israel, que estallaron por la amenaza de desalojo de familias palestinas de la parte oriental de la ciudad, en beneficio de los colonos israelíes.
«Esta escalada está directamente relacionada con las protestas y la dura respuesta de las fuerzas de seguridad israelíes», dijo Bachelet.
La responsable también indicó que los disparos de cohetes de Hamás «son indiscriminados y no distinguen entre objetivos militares y civiles, por lo que su uso es una clara violación del derecho internacional humanitario».
Entre el 10 y el 21 de mayo, 254 palestinos murieron en los bombardeos israelíes en Gaza, entre ellos 66 niños y también milicianos. En Israel, los cohetes lanzados desde la Franja mataron a 12 personas.