El papa Francisco animó a los jóvenes a prestar atención a sus ancianos en la pandemia, con llamadas cuando no sea posible visitarles, después de presidir el Ángelus de este día de San Joaquín y Santa Ana, abuelos de Jesús.
El pontífice pidió «un gesto de ternura» para aquellos ancianos, «sobre todo los más solos«, que permanecen en sus casas y en las residencias sin poder ver a sus seres queridos desde hace meses a causa de la pandemia del coronavirus.
«Queridos jóvenes, si alguno de estos ancianos es vuestro abuelo, no les dejéis solo, usad la fantasía del amor, haced llamadas, videollamadas, mandad un mensaje, escuchadles y cuando sea posible, en respeto de las medidas sanitarias, id a visitarles», animó.
El papa subrayó que los ancianos son «las raíces» de los jóvenes y afirmó que «un árbol arrancado de sus raíces no crece, no da fruto ni flores«.
Y rememoró un verso del poeta de su «patria«, el argentino Francisco Luis Bernárdez: «Lo que el árbol tiene de florido vive de lo que tiene sepultado».
El papa también aludió a la guerra en Ucrania, en concreto sobre la situación en la región de Donbás, después de que se haya acordado reforzar el alto el fuego entre el ejército ucraniano y las milicias prorrusas del este del país.
«Rezo porque todo lo acordado sea finalmente puesto en práctica, también a través de un efectivo proceso de desarme y de retirada de las minas. Solo así se podrá reconstruir la confianza y poner las bases para una reconciliación muy esperada», dijo.