DOMINGO GAUDETE
ORNAMENTOS ROSADOS O MORADOS
Introito
Gozaos siempre en el Señor; otra vez digo, gozaos. Vuestra modestia sea manifiesta a todos los hombres, el Señor está cerca. No tengáis solicitud de cosa alguna; mas con mucha oración sean manifiestas vuestras peticiones delante de Dios. Oh Señor, Vos habéis derramado la bendición sobre vuestra tierra; repatriasteis a los cautivos de Jacob. Gloria al Padre…
Colecta
Os rogamos, Señor, que inclinéis vuestro oído a nuestras humildes súplicas, y disipéis las tinieblas de nuestra alma con la gracia de vuestra visitación. Vos que vivís y reináis en unidad del Espíritu Santo…
Epístola.
(Filipenses, IV, 4-7): Hermanos: Gozaos siempre en el Señor; otra vez digo, gozaos. Sea vuestra modestia patente a todos los hombres, el Señor está cerca. No andéis solícitos de cosa alguna; mas en todo presentad a Dios vuestras peticiones por medio de la oración y de las plegarias, acompañadas de hacimiento de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepuja a todo entendimiento, sea la que guarde vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús Señor Nuestro.
Gradual
Vos, Señor, que estáis sentado sobre los Querubines, ostentad vuestro poder, y venid. Escuchad, oh Vos, que gobernáis a Israel, Vos que apacentáis como a una ovejuela el pueblo de José.
Aleluya.
Aleluya, aleluya. Despertad, Señor, vuestro poder, y venid a salvarnos. Aleluya.
Evangelio
(San Juan I, 19-28):
En aquel tiempo: Enviaron los judíos desde Jerusalén sacerdotes y levitas a Juan para preguntarle: ¿Tú quién eres? Él confesó la verdad, y no la negó; antes protestó claramente: Yo no soy el Cristo. ¿Pues quién eres? Le dijeron: ¿Eres tú Elías? Y dijo: No lo soy. ¿Eres tú el Profeta? Respondió: No. ¿Pues quién eres tú, le dijeron, para que podamos dar alguna respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo? Yo soy, dijo entonces, la voz que clama en el desierto: Enderezad el camino del Señor, como lo tiene dicho el profeta Isaías. Y los que habían sido enviados eran de los fariseos. Y le preguntaron de nuevo, diciendo: ¿Pues, cómo bautizas, si tú no eres el Cristo, ni Elías, ni el Profeta? Juan les respondió diciendo: Yo bautizo con agua, pero en medio de vosotros está uno a quien no conocéis. Él es el que ha de venir después de mí, el cual ha sido preferido a mí, y a quien yo no soy digno de desatar la correa de su zapato. Todo esto sucedió en Betania, la que está a la otra parte del Jordán, donde Juan estaba bautizando.
Credo.
Ofertorio.
Oh, Señor, Vos habéis bendecido a vuestra tierra, y librado del cautiverio a los hijos de Jacob. Perdonado habéis las maldades de vuestro pueblo.
Secreta.
Haced, Señor, que os inmolemos siempre esta hostia con devoción, para que cumplida así la institución del sagrado misterio, obre admirablemente en nosotros vuestra salud. Por N.S.J.C.
Prefacio
Prefacio de la Santísima Trinidad:
Vere dignum et justum est, æquum et salutare, nos tibi semper, et ubique gratias agere: Domine sancte, Pater omnipotens, æterne Deus. Qui cum unigenito Filio tuo, et Spiritu Sancto, unus es Deus, unus es Dominus: non in unius singularitate personæ, sed in unius Trinitate substantiæ. Quod enim de tua gloria, revelante te, credimus, hoc de Filio tuo, hoc de Spiritu Sancto, sine differentia discretionis sentimus. Ut in confessione veræ, sempiternæque Deitatis, et in personis Proprietas, et in essentia unitas, et in majestate adoretur æqualitas. Quam laudant Angeli atque Archangeli, Cherubim quoque ac Seraphim: qui non cessant clamare quotidie, una voce dicentes
Sanctus Sanctus Sanctus…
En verdad es digno y justo, equitativo y saludable, que te demos gracias en todo tiempo y lugar, oh Señor santo, Padre todopoderoso y eterno Dios. Quien, con tu Hijo unigénito y el Espíritu Santo, eres un solo Dios, eres un solo Señor: no en la unidad de una sola persona, sino en la Trinidad de una sola sustancia. Porque cuanto creemos, por habérnoslo Tú revelado, acerca de tu gloria, lo creemos igualmente de tu Hijo, y del Espíritu Santo, sin diferencia ni distinción. De modo que, al reconocer una sola verdadera y eterna Divinidad, sea también adorada la propiedad en las personas, la unidad en la esencia y la igualdad en la majestad. A la cual alaban los Ángeles y los Arcángeles, los Querubines y los Serafines, que no cesan de cantar diariamente, diciendo a coro
Sanctus Sanctus Sanctus…
Comunión.
Decid: pusilánimes, confortaos y no temáis; que nuestro Dios vendrá y nos salvará.
Poscomunión.
Señor: imploramos vuestra clemencia, para que estos divinos auxilios, al purificarnos de los vicios, nos dispongan para las fiestas venideras. Por N.S.J.C.
Fuente y foto: Radio Cristiandad