En algunos casos, tener un animal de compañía ayuda a los adultos mayores a incorporar mejores esquemas de movimiento.
Tener un animal de compañía puede ayudar a enfrentar mejor un trastorno mental como la depresión, incluso se puede llegar a superar, aseguró este lunes un especialista de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En un comunicado, Hugo Sánchez Castillo, académico de la Facultad de Psicología de la UNAM, resaltó que el contacto físico con los animales de compañía incide en la producción de endorfinas, las cuales actúan como potentes analgésicos.
Explicó que tener un animal de compañía ayuda a los adultos mayores a incorporar mejores esquemas de movimiento y tener una sensación de ocupación y bienestar general, lo que deriva en la activación de sus sistema inmunológico.
Además, suelen tener una respuesta más eficaz si están tomando algún tipo de medicamentos. Sin embargo, dijo que si una persona padece depresión, aunque un perro puede ayudarla a superarla, es indispensable que haya un fuerte vínculo entre ambos, ya que de lo contrario, es poco probable que el animal contribuya.
Un individuo con depresión, detalló, está limitado para experimentar placer (anhedonia) e interactuar con la gente, por lo que se retrae en sí mismo y es presa de una sensación de soledad y aislamiento, de sentimientos de culpa y pensamientos circulantes o repetitivos.
«Entonces los animales de compañía pueden brindar una sensación de acompañamiento», manifestó el experto.
Pero, acentuó, es necesario que los afectados también se sometan a terapia psicológica y, en ocasiones, utilicen fármacos para superar esta situación.
Argumentó que los perros también son adecuados para niños pequeños, pues los ayuda a adquirir regulación emocional y a interactuar de mejor manera con su entorno. «Pero no es recomendable darles especies frágiles como aves o roedores, pues debido a su falta de motricidad fina tienden a ser muy bruscos«, añadió.
Explicó que otros animales como los peces pueden inducir a un estado de relajación, pero el responsable de su cuidado debe dedicar tiempo para interactuar contemplativamente con ellos.
«Observarlos con atención puede estimular la producción de endorfinas y causar un efecto calmante, en especial en adultos mayores y gente en situación de soledad«, añadió.
Finalmente, Alberto Tejeda Perea, académico de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ), refirió que según pruebas científicas, el contacto físico de una persona con un animal de compañía incide, en ambos, en la producción de endorfinas.
Las endorfinas, puntualizó, actúan como potentes analgésicos, estimulan los centros de placer y contribuyen a eliminar el estrés.