Esta semana, la excongresista Piedad Córdoba, habló ante la Comisión de la Verdad, en la que no solo pidió la no extradición de alias ‘Otoniel’, para que este sujeto comparezca antes ante la JEP, sino que relató todas las duras situaciones que ha atravesado por cuenta de la persecución política y estigmatización que dice haber sufrido a lo largo de los años.
“La exclusión política o ausencia de garantía democrática del régimen colombiano se consuman en la histórica y sistemática persecución a la oposición”, dijo ante el padre Francisco de Roux, presidente de la Comisión.
Recordó los duros calificativos que le han dicho a lo largo de su carrera política, los cuales la llevaron al exilio: “guerrillera, narcoterrorista, traidora a la patria, negra apátrida, aliada de las Farc, moza de Chávez y Maduro”, dijo.
En ese sentido, explicó que al tener que exiliarse en otro país, tuvo que vivir situaciones muy complicadas. Por ejemplo, recordó que cuando estuvo exiliada en Canadá, tuvo que vender empanadas y cuidar niños, para sobrevivir.
En ese sentido, Córdoba presentó a la Comisión un documento que confirma que ha desarrollado trastornos mentales por cuenta de esta persecución, “sensación permanente de miedo temor y zozobra, en todos los espacios y tiempos, en los ámbitos afectivo, familiar laboral y político. Sensación permanente de ser vigilada ilegalmente y perseguida, desarrollando confianza hacia todas las personas que la rodean”, dice el informe citado.
Finalmente, aseguró que no revela todo esto para generar lástima, sino por justicia: “No pido compasión, sino reparación; vengo a pedir democracia”, dijo.