La elección de Gustavo Petro Urrego como presidente de la República desató una dura polémica al interior de varios partidos políticos. En ciertas colectividades, que en campaña le hicieron oposición al presidente electo, hay un verdadero sismo político.
Uno de esos partidos que atraviesa serias dificultades es el Nuevo Liberalismo de los hermanos Juan Manuel y Carlos Fernando Galán.
En las últimas horas se conoció que Carlos Negret, exdefensor del Pueblo y otrora aspirante al Senado del Nuevo Liberalismo, anunció su renuncia irrevocable a la colectividad.
En una carta pública, Negret indicó que “se sintió atacado” luego de que el partido le advirtiera que debía presentarse ante el Tribunal de Ética del partido. El proceso contra el exdefensor obedecía que en primera vuelta de las presidenciales anunció su apoyo a Federico Gutiérrez.
Y es que Negret había insistido en que tenía como propósito “contribuir a restituir la memoria y los derechos de las víctimas del genocidio sufrido”, algo que no ve en el Nuevo Liberalismo hoy en día.
“Además de las erradas decisiones políticas de su dirigencia, me encontré, después del desastre electoral -jamás anticipé que los cálculos de los Galán sobre alcanzar el umbral estuvieran tan equivocados-, con que las ideas liberales, el talante democrático, el pluralismo y la tolerancia como principios rectores de la plataforma política, no gobernaban la organización interna y el proceso de toma de decisiones”, recalcó.
Y agregó: “Sacrificaron la disciplina fundada en la confianza, por la imposición de criterios personales a través de un régimen donde el disenso no tenía cabida”.
Además, de acuerdo a Negret, en la política no es posible que se puedan construir confianzas en un partido político cuando se hacen sesiones “a través de impersonales sesiones de Zoom”.
Carlos Negret, por último, señaló que el legado de Luis Carlos Galán se está “explotando” por cuenta del manejo indebido en el Nuevo Liberalismo, algo que se vio reflejado en las urnas.