Este hecho se suma a las protestas que exigen la salida de Evo Morales de la Presidencia.
Unidades de policías de tres ciudades de Bolivia se amotinaron este viernes contra el presidente Evo Morales, quien descartó someterlos con una acción militar, mientras la oposición exige en las calles su renuncia tras su cuestionada reelección.
La primera en rebelarse fue la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP) de la ciudad central de Cochabamba y poco después se amotinaron los comandos de la policía de Sucre (sur, la capital de Bolivia) y de Santa Cruz, rica región del oriente del país y bastión opositor.
«Estamos amotinados», dijo escuetamente a una televisora local -y con el rostro cubierto- un policía de la UTOP de Cochabamba, unidad encargada de reprimir manifestaciones.
«La policía de Chuquisaca (Sucre) se está uniendo en apoyo a los camaradas que se han amotinando en Cochabamba», declaró a su vez otro agente de la capital boliviana que también tenía el rostro cubierto.
El gobierno de Morales descartó ordenar una operación militar para someter a los policías rebeldes, anunció el ministro de Defensa, Javier Zavaleta.
«No se va a hacer ninguna operación militar en estos momentos, eso está totalmente descartado», declaró Zavaleta a la prensa.
En la céntrica avenida Prado, la principal de La Paz, decenas de policías marcharon esta noche dentro de una columna de manifestantes opositores gritando consignas contra Morales, observó un periodista de la AFP.
Televisoras locales mostraron además imágenes de manifestantes dándose la mano con policías en el centro de La Paz, en contraste con las tres noches anteriores, cuando ambos bandos se enfrentaban.
En barrios de La Paz los policías se replegaron a sus cuarteles, mientras una multitud coreaba «policía amigo, el pueblo está contigo», según las imágenes.
«Lloré de emoción»
El líder regional Luis Fernando Camacho, erigido como el rostro más visible y radical de la oposición boliviana, agradeció a los agentes.
«Lloré de emoción, ¡Grande nuestra Policía!», tuiteó Camacho. «Gracias por estar con su pueblo, Dios los bendiga».
Además, decenas de manifestantes acudieron frente al Colegio Militar de La Paz a pedir a los uniformados que se unan a la cruzada para conseguir la renuncia de Morales.
En la zona de Obrajes, al sur de La Paz, la gente celebraba en las calles el motín policial como si hubiese ganado la selección boliviana de fútbol, observó un periodista de la AFP.
Morales convocó en respuesta a una reunión de emergencia a varios ministros, entre ellos Zavaleta, y al comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, general Williams Kaliman, según televisoras locales.
Se desconoce por ahora el número de policías amotinados y el alcance que tiene este movimiento, que estalla cuando se cumplen 17 días de protestas contra la polémica reelección de Morales en los comicios del 20 de octubre.
Camacho había pedido el sábado pasado a militares y policías que se unieran a la oposición, que denuncia un fraude y pide la renuncia de Morales.
El líder cívico estaba en un mitin en la zona sur cuando se difundió la noticia del motín en Cochabamba y la multitud lanzó una ovación.
Varias organizaciones y colectivos sociales se han unido a Camacho conformando un frente amplio contra Morales, algo que los partidos opositores no lograron hacer de cara a las elecciones, a las que llegaron con ocho candidatos a la presidencia.
En la tercera semana de protestas, que han dejado tres muertos y unos 200 heridos, La Paz permanece con el transporte público restringido por bloqueos viales, oficinas estatales asediadas por opositores y el comercio a media máquina.
Camacho, líder del poderoso Comité Cívico Pro Santa Cruz (derecha), dijo que le llevará personalmente una carta de dimisión el lunes a Morales, quien seguramente no la firmará. Pretende ir acompañado de otros dirigentes políticos y sociales.
El mandatario izquierdista indígena, de 60 años y en el poder desde 2006, ha descartado renunciar y ha hecho oídos sordos a los reclamos que lo acusan de buscar ganar tiempo para perpetuarse en el poder tras aceptar una auditoría de la Organización de Estados Americanos (OEA) a los comicios.
La oposición exige su dimisión, la anulación de los comicios y nuevas elecciones sin él como candidato, mientras que el presidente afirma que los comicios fueron limpios y exige respetar sus resultados.
El expresidente y candidato opositor Carlos Mesa exigió que el Congreso designe un nuevo órgano electoral que convoque a nuevos comicios, tras un informe de la consultora panameña Ethical Hacking que describió el sufragio como «viciado de nulidad».
La consultora fue contratada por el propio órgano electoral y su informe divulgado por medios locales.
La Biblia
Las protestas, que comenzaron en Santa Cruz se irradiaron paulatinamente hacia todo el país y, por primera vez, se masificaron este viernes en La Paz, sede de los poderes ejecutivo y legislativo.
Camacho, abogado derechista de 40 años, espera seguir sumando aliados para llevar la carta de renuncia a Morales junto con una Biblia «para que Dios vuelva al palacio» de gobierno, según dijo. Morales criticó este viernes que la oposición «use a Jesucristo» en este conflicto.