El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Mike Pompeo, acusó al mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro, de reprimir a quienes «dicen la verdad» sobre la respuesta del gobierno a la pandemia del nuevo coronavirus.
El Departamento de Estado dijo que Pompeo hizo esta afirmación durante una llamada telefónica con el jefe parlamentario y líder opositor venezolano, Juan Guaidó, reconocido como presidente interino de Venezuela por Estados Unidos y otros 60 países.
«El secretario Pompeo reafirmó el compromiso de Estados Unidos con el pueblo venezolano y condenó la creciente represión del régimen de Maduro a los actores democráticos de Venezuela y a los médicos y periodistas que dicen la verdad sobre la respuesta a la COVID-19», dijo la portavoz Morgan Ortagus en un comunicado.
De otro lado, la vocera dijo que Pompeo habló con el presidente de Colombia, Iván Duque, y le reiteró el apoyo de Estados Unidos en la búsqueda de la democracia en Venezuela.
«El Secretario expresó nuestra gratitud al pueblo y al Gobierno colombiano, que ahora acogen a más de 1,8 millones de refugiados venezolanos. El Secretario también se comprometió a continuar ayudando a Colombia a satisfacer las necesidades de salud pública derivadas de la COVID-19», indicó Ortagus en el comunicado.
El Gobierno de Maduro reportó el lunes 329 contagios y 10 muertos por el nuevo coronavirus, aunque sus oponentes estiman que la cifra es mucho mayor.
El periodista venezolano Darvinson Rojas fue llevado preso en marzo por cuestionar la cifras oficiales. Fue liberado en abril, pero los gremios de la prensa y de los médicos han hecho otras denuncias de detenciones y presiones.
El Gobierno de Donald Trump, que desconoce la reelección de Maduro en 2018 por considerarla fraudulenta, apoya los esfuerzos de Guaidó, titular de la Asamblea Nacional elegida en 2015, para «restaurar la democracia en Venezuela», dijo la portavoz del Departamento de Estado.
Ortagus apuntó que tanto Pompeo como Guaidó «condenaron enérgicamente el bloqueo de Maduro de la asistencia médica y alimentaria internacional».
Venezuela, en cuarentena desde mediados de marzo para evitar la propagación de la COVID-19, vive un colapso económico agravado desde la llegada al poder de Maduro en 2013, que provocó la huida del país de casi cinco millones de personas, según la ONU.
Maduro culpa de la situación a una batería de sanciones impuestas por Estados Unidos para forzar su salida del poder, en el cual se mantiene a pesar de las presiones con el apoyo en particular de China y Rusia. Pero los adversarios de Maduro atribuyen el descalabro del país a erróneas medidas económicas y corrupción y piden que permita el ingreso al país de ayuda humanitaria.
Washington propuso el 31 de marzo un plan para superar la «grave crisis política, económica y humanitaria» venezolana, ofreciendo levantar las sanciones a cambio de un gobierno de transición, sin Maduro y sin Guaidó, que organice nuevas elecciones.
Ortagus dijo que Guaidó agradeció a Pompeo por este Marco de Transición Democrático y «por su compromiso de garantizar una resolución política pacífica».